- Y encima, los métodos para reducir la plantilla son muy duros.
- La clave: despedir a trabajadores cuya salida tenga un impacto significativo en su entorno.
- Al mismo tiempo, los sindicatos denuncian el mecanismo del banco para llevar a cabo un adelagazamiento de plantilla de manera permanente y silenciosa.
- Nada hace pensar que la situación vaya a mejorar: BBVA cerrará 130 sucursales en España durante este año.
Caso real ocurrido en una ciudad del norte de España. Nuestro protagonista es un empleado 'modelo' del BBVA. Tanto, que
a finales de 2016 recibe todo tipo de felicitaciones por parte del director de su oficina y del director territorial. Satisfecho por el deber cumplido -ha logrado todos los objetivos- y animado por los reconocimientos, el empleado decide comprarse una casa. Todo hace indicar pasará muchos años en esa localidad.
Un mes después, sin embargo, el banco le propone un traslado que implica cambiar de ciudad y nuestro protagonista, después de agradecer la oferta, responde que prefiere continuar donde está.
A los pocos días,
y ante la sorpresa de propios y extraños, la dirección de Cultura y Talento (los Recursos Humanos de toda la vida) le comunica que está despedido. Se pueden imaginar el estupor y la
inquietud del resto de trabajadores, que ven cómo lograr los objetivos no garantiza nada.
Es la solución de
Francisco González (
en la imagen) para arreglar la mala situación del BBVA en España:
reducir la plantilla. Y los sindicatos denuncian que la entidad lo está haciendo de una manera permanente y, sobre todo, silenciosa. Así,
para evitar el ERE -obligatorio a partir de 30 despidos al trimestre- y el ruido mediático que lleva consigo, el banco echa a un máximo de 29.
El resto de despidos los realiza de la siguiente manera: primero, se lo comunica directamente al empleado, sin previo aviso. Estás en la calle y con las condiciones aprobadas en la reforma laboral.
El trabajador, como respuesta, acude a los tribunales, algo que no sorprende al departamento de
Cultura & Talento, que lo tiene todo previsto. Según los sindicatos, una hora antes del juicio, esto es, justo antes de que termine el plazo para que las partes negocien, el banco llega a un acuerdo con el trabajador, y de golpe y porrazo el despido
se convierte en baja voluntaria.
La tensión de la plantilla quedó de manifiesto durante la
Junta General de Accionistas, y todo hace indicar que la situación no va a mejorar. El consejero delegado,
Carlos Torres, lo dejó muy claro en Londres:
el catalizador de los resultados en 2017 en España será la reducción de costes. 24 horas después, la entidad ha concretado esa reducción: cerrará 130 sucursales.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com