• 1.500 millones de dólares en un país muy poco bancarizado y donde escasean los cajeros automáticos.
  • En España, FG busca absorber el Popular para crecer en el negocio de pymes.
  • Y ha comprado Catalunya Banc, entidad conocida mundialmente por sus avances tecnológicos.
  • Oiga, eso de que "siempre he creído en este país (México)"...
  • Recuerde, don Francisco, lo que ocurrió en 2001, cuando llegó para comprar Bancomer y se produjeron los atentados del 11-S.
  • "Este continente es una mierda, me vuelvo a España", dijo entonces, y se volvió.
No es la cantidad lo que importa, sino el 'conceto', que diría el otro. Francisco González (FG) lleva años pregonando la digitalización global de la banca mundial. El futuro del sector financiero está en los móviles, en la nube, en la inteligencia artificial, en la gestión del 'big data' y en muchos otros lugares, algunos de los cuales aún ni siquiera conocemos. Todo eso está muy bien y FG probablemente tenga razón en que dentro de unos años los canales digitales serán más utilizados que los presenciales y que el tratamiento interno de la información por parte de las entidades será mucho más ágil y útil además de necesario. Pero cuidado, no nos volvamos todos locos, como se sospecha que está ocurriendo en el BBVA. Al parecer, los encargados de los dineros se quejan de las 'paridas' (perdón, ideas) que los empleados 'digitales' quieren llevar a la práctica. Ya saben, la PBD ("puta banca digital" como se la conoce internamente). Porque además, no paran: presentan cualquier iniciativa, por muy absurda que sea y por muy cara que resulte. Lo más importante es la digitalización. Además, ¿por qué le iba a importar el dinero a alguien que se ha gastado millones y millones de euros en la aplicación para el móvil?. Ahora bien, el negocio bancario sigue siendo el mismo: prestar dinero y recuperarlo con intereses, y ahora, cada vez más, colocar fondos de inversión, seguros, etc. con sus comisiones correspondientes. Ahí es donde está el dinero y, por tanto, el negocio. Por eso, FG redobla ahora su apuesta en México, un país muy poco bancarizado y donde escasean los cajeros automáticos. El plan: invertir 1.500 millones de dólares (en euros, unos 1.425 millones) en cuatro o cinco años para "avanzar en el desarrollo de soluciones apalancadas en la tecnología para el beneficio de los clientes de la entidad", reza el comunicado remitido este viernes por el banco. En definitiva, que va a invertir unos 285 millones de euros al año para, entre otras cosas, poner cajeros. Desde luego, la cantidad no es mucha y resulta hasta insignificante si se compara con los 1.000 millones de euros que dedica el banco, cada año, a la digitalización. Pero insisto, lo importante no es la cantidad, sino el 'conceto'. Es decir, el hecho de apostar por el negocio típico a pesar de pregonar un futuro de ceros y unos. Eso en México, porque en España, como adelantó Hispanidad, FG busca comprar el Popular, arquetipo de banca doméstica, especializado en pymes. Otra vez, lo primero es la digitalización pero a la hora de crecer, FG prefiere hacerse con un banco doméstico de los de toda la vida. Otro ejemplo, Catalunya Banc, entidad conocida mundialmente por su innovación tecnológica. Para terminar, un recordatorio. Durante su intervención en el país norteamericano y en presencia del secretario de Hacienda y Crédito Público de México, José Antonio Meade (en la imagen, a la derecha), FG señaló que "siempre he creído en este país". Pero no ha sido siempre así. Es más, BBVA está en México a pesar de FG. Y es que cuando, el 11 de septiembre de 2001 (11-S), Ybarra y FG aterrizaron en el país para cerrar la compra de Bancomer, les informaron del atentado de las torres gemelas. "Este continente es una mierda, me vuelvo a España", dijo FG, y dejó que Ybarra firmara el acuerdo. Actualmente, Bancomer aporta el 46,3% del beneficio del grupo. Eso es visión de futuro. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com