El escándalo de las escuchas de Villarejo, ordenadas y pagadas por el BBVA cuando FG era presidente, es muy grave. Hay mucha información, que irá saliendo, al parecer con cuenta gotas, en Moncloa.com y en El Confidencial. Ahora bien, ante tanto ruido, conviene no perder de vista el origen de todo: FG contrató a Villarejo para que espiara, con todos los medios a su alcance aunque fueran ilegales, a personas consideradas hostiles y que pudieran suponer una amenaza a su permanencia como presidente del BBVA.
En otras palabras, la víctima no es FG, sino todos aquellos que fueron espiados por Villarejo, pagado por el BBVA. Y cuidado, porque la relación entre el banco y el ex comisario no finalizó tras el fracaso de Sacyr para hacerse con la entidad, sino que continuaron entre los años 2012 y 2017. Es decir, Villarejo ha trabajado para el BBVA hasta ayer mismo, como quien dice, y por el módico precio de cinco millones de euros. Lo reconoció el mismo FG en una entrevista publicada el 30 de diciembre en El País Semanal.
Yo sabía que el banco llevaba a cabo trabajos de inteligencia para defenderse
El entrevistador le dice: "Otro asunto espinoso son los supuestos pagos del BBVA al excomisario Villarejo, hoy encarcelado, de más de cinco millones de euros durante cinco años". A lo que FG responde: "Ese tema para mí no tiene relevancia. Lo hace el departamento de seguridad con normas muy estrictas". "¿Tuvo conocimiento de esos pagos? No. Me entero cuando aparece la primera noticia hace unos meses -respondió FG-. Yo sabía que el banco llevaba a cabo trabajos de inteligencia para defenderse. Hasta donde sé, se han hecho las cosas como hay que hacerlas", concluyó.
De momento, sin embargo, solo han trascendido pinchazos y escuchas ilegales durante los años 2004 y 2005, en el contexto del intento de Luis del Rivero por controlar el banco. Entre los damnificados, según cuentan este viernes los dos medios citados, el entonces jefe de la Oficina Económica en Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián, y la vicepresidenta del Gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández De la Vega. Y es que Villarejo registró 65 llamadas con origen o destino en la Presidencia del Gobierno, en el Ministerio de la Presidencia o en Moncloa.
Villarejo interceptó una llamada telefónica realizada desde La Moncloa a Ignacio Rupérez Calvo, entonces jefe del servicio de estudios del Santander
Concretamente, el 15 de enero de 2005, Villarejo interceptó una llamada telefónica realizada desde La Moncloa a Ignacio Rupérez Calvo, entonces jefe del servicio de estudios del Santander, considerado por Villarejo, el enlace entre el tándem Luis del Rivero y Juan Abelló, y Emilio Botín. El interlocutor de Rupérez, según los informes, era el socialista Miguel Sebastián que, en un momento dado de la conversación, cedió el ‘aparato’ a Fernández de la Vega, que animó a Rupérez para que el Santander siguiera apoyando el asalto de Sacyr al BBVA.
Un asalto que finalmente frustró el Banco de España, cuyo gobernador era Jaime Caruana, ahora en el Consejo de Administración del BBVA. Qué casualidad.
El espionaje de Villarejo, siempre por encargo del BBVA que le pagó, al menos, 517.600 euros, afectó también a llamadas con origen y destino en el Congreso de los Diputados, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en el de Economía y en la sede del PSOE, en la calle Ferraz, de Madrid.
Lo dicho: las escuchas ilegales son muy graves y FG es el verdugo, no la víctima. Todo presunto, por supuesto.