El turco Onur Genç, CEO de BBVA, demostró en la mañana del miércoles 18… que es turco. Podía haberse conformado con decir que entre BBVA y Sabadell tan sólo ha empezado la negociación pero hombre, soltar el despectivo aserto de que lo del Sabadell es una más entre las muchas operaciones posibles… Onur, ‘t’as pasao’.
Y sí, claro, lo ha hecho porque, a fin de cuentas, la clave, financiera, of course, está en saber cuánto está dispuesto a pagar el BBVA por comprar Sabadell, que de una fusión por absorción es de lo que estamos hablando.
Ahora bien, Genç dijo lo que dijo por algo más: no le gusta este baile. Sabe que no puede competir como candidato a la consejería delegada de la entidad resultante frente a Jaime Guardiola.
Más curioso es lo de Carlos Torres: no sólo teme a Guardiola, hombre que sabe más del BBVA que él mismo, sino a Josep Oliu, que pide la tarjeta de copresidente y permanecer en ella por tiempo definido.
¿Representar al banco absorbente cediendo a su segundo Genç, con un segundo importado, Guardiola, que sabe el terreno que pisa y con un copresidente veterano? Mucho para un banquero con poca experiencia como es Carlos Torres. Y además, con la sombra de la posible imputación en el caso Villarejo.
Y el PNV insiste: que nos devuelvan nuestro banco, aportamos dote, de nombre Kutxabank
De todas formas, si la fusión BBVA-Sabadell, no llega a buen puerto será por otro historia paralela, la verdadera historia. Esta fusión no era la que buscaban ni el BCE (Luis de Guindos) ni Moncloa (Iván Redondo), ni la Vicepresidencia económica (Nadia Calviño). Lo que se buscaba era un compromiso Santander-BBVA -del que huye Carlos Torres para no caer en manos de Ana Botín y si le añadimos el Sabadell, pues estupendo.
Porque oiga, eso sí que conformaría un banco sistémico (o histérico), eso sí constituiría un banco “too big to fail”, demasiado grande como para dejarlo caer. Y a España sólo le correspondería un banco sistémico en Europa. Un banco que sea líder en México, Brasil, Reino Unido y… Turquía. Bueno esto tampoco importa demasiado.
Si a Santander-BBVA le añadimos le sumamos Sabadell no sólo tendremos el banco sistémico español sino que, además, habremos terminado, de un plumazo la reconversión bancaria española. Por eso apuesta el BCE. Y Moncloa y Castellana… todos.
Y no nos olvidemos del PNV, que ahora anda celoso del flechazo entre Pedro Sánchez y Bildu, quiere introducir a Kutxabank en cualquier ecuación, y disponer de algún asiento en el “gran banco”. Será su justiprecio para reparar la profunda ofensa de que un tal Rodrigo Rato les quitara su banco, el PNV.
Ahora bien, los equipos de ambas entidades ya están negociando, pero lo de Genç de la mañana del miércoles -lo del Sabadell es una posibilidad entre otras muchas- son palabras interesadas, sí, pero también interesantes.