Más que una fusión, la operación BBVA-Sabadell era una absorción del segundo por el primero y, como en toda operación corporativa, además de la ecuación de canje, lo más importante es cómo se reparte el poder, esto es, quién manda en la nueva entidad. Carlos Torres se pasó exigiendo y Josep Oliu se plantó.
El mercado ha reaccionado castigando duramente al Sabadell, que a mediodía de este viernes cae más de un 12%, pero no premia en la misma proporción al BBVA, que sube algo más de un 2%, con un Ibex ligeramente en verde (+0,3%), aunque terminó la jornada subiendo 4 puntos por encima del Ibex35, meintras el Sabadell cerraba la fornada con una caída del 13,58%, con un IBex 35 que terminaba la smean acon una subida dle 1%.
Según el mercado, el Sabadell salía más beneficiado de la operación que el BBVA -según la bolsa, insisto-, pero el BBVA tampoco puede concluir que seguir en solitario es la mejor opción. En otras palabras, Torres debe darse cuenta de que el BBVA también necesita una fusión, principalmente para librarse del Santander.
Y cuidado, porque Torres aún no está completamente liberado del caso Villarejo, a pesar de que ha recibido la promesa de que no será imputado, como adelantó Hispanidad. Porque si el juez Manuel García- Castellón finalmente le imputa, le servirá en bandeja a Luis de Guindos y al Gobierno la posibilidad de una fusión BBVA-Santander.
Sea como fuere, la operación BBVA-Sabadell no está muerta. “Hay noviazgos que luego se retoman”, ha afirmado este viernes el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en TVE.
Mientras tanto, la entidad que preside Carlos Torres mantiene viva la opción de realizar una significativa recompra de acciones al tiempo que mantendrá su posición en Turquía, a pesar de la situación política del país, con Erdogán, un demócrata compulsivo, en el poder.
Por su parte, el Sabadell se centrará en el crecimiento orgánico en España y estudiará opciones para su filial británica TSB, inlcuida la venta en las próximas semanas, y la salida de México.