Más de 100 personas murieron y más de 4.000 resultaron heridas en las dos enormes explosiones ocurridas en el puerto de Beirut que devastaron barrios enteros de la ciudad, mientras los socorristas continuaban buscando este miércoles más víctimas en medio de las ruinas humeantes. Varios países han ofrecido su ayuda a El Líbano, publicó Infobae.
Un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas sin custodiar fue la causa de la explosión, aunque se desconoce el origen.
Aunque no está del todo claro cómo sucedió, el gobernador de Beirut, Marwan Abboud, indicó que inicialmente se había reportado un incendio en la zona, generando la posterior explosión al entrar en contacto con el nitrato de amonio, añade Infobae.
Esta explicación coincide con los numerosos videos publicados en redes sociales, que muestran una importante columna de humo surgiendo del puerto e inclusive una serie de pequeñas detonaciones antes de que se diera la explosión principal.
El primer ministro, Hasan Diab, decretó para este miércoles un día de duelo nacional y prometió que los responsables “rendirán cuentas”.
El primer ministro, Hasan Diab, decretó para este miércoles un día de duelo nacional y prometió que los responsables “rendirán cuentas”
El gobierno apunta a un cargamento de nitrato de amonio almacenado "sin medidas de precaución" en el puerto. "Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema", declaró el primer ministro ante el Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa.
La capital libanesa, declarada ciudad “siniestrada”, se despertó conmocionada tras estas explosiones, de tal potencia que fueron registradas por los sensores del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) como un terremoto de magnitud 3,3.
En el epicentro de la explosión, cuya onda de choque se sintió hasta en la isla de Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia, el panorama seguía siendo apocalíptico: los contenedores parecen latas de conserva retorcidas, los coches están calcinados, el suelo, alfombrado de maletas y papeles que salieron disparados de las oficinas cercanas.
Esta tragedia se produce, además, en un momento en el que el país atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.
El Líbano es sede del grupo terrorista Hezbollah, vinculado con Irán, el cual mantiene numerosos sitios de almacenamientos y producción de explosivos en el país, que suele estar presionado por la comunidad internacional para actuar frente a esta situación.