Es la noticia de la semana. Como si hubiera vuelto a la Guerra Fría, para romper el hielo, el presidente norteamericano Joe Biden ha acusado a Putin de beneficiar a Trump en las elecciones… Pues, la verdad, a la vista de los resultados… ¡qué mal manipulaste, Vladimir!
Sabíamos que Biden era pro-chino y anti-ruso, como si en el siglo XXI el enemigo del Occidente libre fuera Moscú y no Pekín. Pero el somnoliento Joe sigue viviendo en el siglo XX y añora la precitada Guerra Fría y el intercambio de espías en Berlín Oriental. Todos esperamos que madure a lo largo de la legislatura.
El asunto tiene su enjundia porque la CIA y la NSA meten en la misma acusación a Rusia e Irán: ambos manipularon las elecciones de noviembre de 2020. Y entonces surge la pregunta: ¿Irán a favor de Trump y contra el vicepresidente de Barack Obama, el pacifista? ¿En serio? ¿Teherán apoyando a Donald, el hombre que mató al héroe de los ayatolás, al más famoso general iraní, el mismo que impuso las más severas sanciones económicas a los iraníes? ¿En serio querían los chiítas que Trump repitiera en la Casa Blanca?
Recuerden, además, que Rusia e Irán sí son amigos, como los dos productores principales de gas en el mundo y que ambos pelean en Siria contra el Estado Islámico. Cierto, ahora bien, pensar que coinciden en todos sus intereses políticos, hombre, parece un poco ingenuo. Los iraníes son los amigos de Barack Obama, que fue quien les normalizó ante el Occidente libre… en una Administración de la que Biden participaba como vicepresidente.
La CIA y el NSA acusan a Rusia e Irán de manipular las elecciones noviembre: ¿Irán a favor de Trump y contra el vicepresidente de Obama? ¿En serio? Y para romper el hielo, Biden llama “asesino” al presidente ruso
Y a todo esto, recuerden que a Putin se le acusó, también por las profundas agencias de espionaje norteamericanas, de manipular las elecciones USA de 2016. La noticia se dio por cierta durante tres largos años y supuso una de las rémoras para el presidente Trump. Pues bien, al final los tribunales dijeron que todo era mentira. Ahora volvemos a las andadas… con las elecciones de 2020 que ganaron los demócratas.
Y todo ello expresado con esa galanura diplomática de Joe Biden y Kamala Harris. El presidente norteamericano ha llamado “asesino” al presidente ruso.
De postre: Biden pide a los hispanos que “no vengan” a Estados Unidos. Una pregunta: ¿el somnoliento Joe chochea?
El Nuevo Orden Mundial (NOM) necesitaba tumbar Donald Trump, un hombre que aplicaba principios cristianos a su gestión. Hubo que echar mano de un muy veterano Biden y colocar a su lado a la ultra Kamala Harris. Con un poco de suerte, Biden será inhabilitado antes de que acabe la legislatura y la extremista progre Kamala subirá al poder.