Bill Gates es el hombre más rico del mundo, de profesión filántropo (¡Dios nos libre de los filántropos!) y es un adalid del aborto. Natural: a los ricos filántropos les encanta dar dinero a los pobres siempre que no se reproduzcan demasiado, porque entonces pondrían en riesgo la fortuna de los ricos. Es lo mismo que le ocurre a Pablo Iglesias: necesita que haya pobres para poder seguir en el poder y repartirles limosnas del tipo ingreso mínimo vital (y con dinero de los demás) pero si los pobres tienen muchos hijos pedirán más limosnas y Pablo Iglesias no está dispuesto a acogerles en su chalet de Galapagar.
En su momento, Karol Wojtyla (hoy, san Juan Pablo II) intentó convencer a Bill Gates y a su esposa y cómplice, Melinda Gates, de que la mejor manera de reducir el hambre en el mundo no era reducir el número de hambrientos matándolos antes de nacer pero sólo consiguió como respuesta el aullido de la orgullosa Melinda, que argumentar no sabe pero sí despreciar la excelencia... en eso es una experta.
Con el coronavirus, Bill Gates, miembro destacado del Nuevo Orden Mundial (NOM), ha decidido volver a ejercer como filántropo en la línea que marca la meme (la verdad está en las memes de las pérfidas redes sociales). El filántropo más rico del mundo está financiando investigaciones para obtener una vacuna y le aplaudimos por ello. Pero ojo, ya no nos fiamos de él. Gates se convirtió en el millonario por excelencia y no ocultó su objetivo: que a la gente se le caiga el bolígrafo de las manos. No para una nueva civilización más justa, no se crean, sino para que la gente comprara ordenadores dotados con el sistema operativo Windows, mientras arruinaba con malas artes a la competencia naciente y se convertía en un monopolio global.
Gates es un filántropo con dinero privado como Iglesias lo es con dinero público. Los dos con dinero de los demás pero Pablo con más caradura aún que Bill
Por eso, todos le agradecemos mucho a Gates su apoyo a la vacuna contra el Covid-19 y que ahora presuma de filántropo que pretende salvar a la humanidad, pero comprendan que ya no podemos permitirnos depositar nuestra confianza en él. Como miembro del Nuevo Orden Mundial (NOM), Bill Gates no deja de ser una enemigo de la humanidad, a la que quiere reducir en número y la que pretende controlable. Controlada por él y por la nueva casta de millonarios filántropos del NOM... naturalmente.
Por cierto, Gates es un filántropo con dinero privado como Iglesias lo es con dinero público. Los dos con dinero de los demás pero Pablo con más caradura aún que Bill. Sí, Gates con dinero de sus accionistas y de sus clientes, aunque también en parte con su propio dinero salido de sus beneficios... para presumir de filántropo.
Lo de Pablo Iglesias es peor: ese utiliza el dinero público, dinero de los demás al 100 por 100, para convertirse en el líder de los pobres. Y ya saben que los tiranos de los pueblos siempre empezaron como amigos de los pobres. En cualquier caso, tanto Gates como Iglesias son filántropos con el dinero de los demás y siempre en beneficio propio y contra los demás.
Y aún mantienen otro parecido: el del monopolio. Microsoft hizo a Gates el hombre más rico del mundo por mor del monopolio. Pablo Iglesias y los comunistas también adoran el monopolio: que sólo exista el Estado. En el Congreso, a ese tipo de monopolio le califican como “interés general”.