- En la cruz "encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas"
- Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz".
- "Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión, añadió el Santo Padre.
- La receta: Francisco animó a confiar en Santa María, para que "ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados".
En
Myanmar, ante unos 150.000 fieles presentes en la Misa que presidió el 29 de noviembre desde las 8:30 a.m. (hora local), el
Papa Francisco reflexionó sobre la sabiduría del Señor, y cómo ante el odio y la violencia, siempre respondió con misericordia y amor.
El
"mensaje de perdón y misericordia" de Cristo, dijo el Pontífice en la homilía pronunciada en italiano y traducida a la lengua local para los asistentes, "se sirve de una lógica que no todos querrán comprender y que encontrará obstáculos", recoge
Aciprensa.
"Sin embargo, su amor revelado en la cruz, en definitiva, nadie lo puede detener.
Es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo", resaltó durante la Misa que fue celebrada en inglés, latín y algunas lenguas locales.
El Papa dijo además que "el intérprete definitivo de los misterios de Dios es Jesús.
Él es la sabiduría de Dios en persona. Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz". "A veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos. En esos momentos,
debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura: el Señor crucificado".
En la cruz, continuó el Santo Padre, "encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios. Desde la cruz también nos llega la curación. Allí, Jesús ofreció sus heridas al Padre por nosotros, las heridas que nos han curado.
Que siempre tengamos la sabiduría de encontrar en las heridas de Cristo la fuente de toda curación".
El Papa dijo luego que la curación ante las heridas de la violencia no puede venir de la ira ni la venganza, ya que "el camino de Jesús es radicalmente diferente".
"Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión.
En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que, al igual que él, también nosotros podemos encontrar
rechazo y obstáculos, sin embargo él nos dará una sabiduría a la que nadie puede resistir".
"Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas", prosiguió.
Francisco también animó a confiar en la Virgen María, para que "ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final".
No le dejarán hablar de los Rohinyás pero aprovecha para hablar sobre el fondo de la cuestión: el resentimiento cruel, el rencor violento. O sea, Birmania, donde la única solución para la venganza parece la amnesia.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com