BMW ha visto lastrado su beneficio neto (-74,2%, hasta los 588 millones de euros) hasta marzo por las mayores provisiones: los más de 1.000 millones anunciados han ascendido hasta 1.400 millones. Y es que el grupo automovilístico alemán prefiere estar preparado ante una posible multa de Bruselas por el ‘caso AdBlue’ (supuestos pactos con Daimler y Volkswagen para desarrollar tecnología de reducción de emisiones de turismos).
Eso sí, BMW “se defenderá de las acusaciones de la Comisión Europea con todos los recursos legales a su alcance” y considera que la colaboración entre los fabricantes (para mejorar los sistemas de emisiones) en ningún caso puede ser considerada un cártel. Un tema que también ha repercutido en el beneficio operativo (589 millones, anotándose un desplome del 78,2%) y en el margen de rentabilidad operativa sobre ventas del segmento automovilístico (ha sido del 1,6%, lejos del 9,7% de 2018, pero sin las provisiones habría sido del 5,6%).
Por su parte, mantiene las ventas y la facturación en niveles similares a los de hace un año. En total, ha vendido 605.333 coches (+0,1%), gracias al buen comportamiento de China (+10,1%), mientras en Alemania (-3,5%) y EEUU (-1,9%) pierde fuerza. Y la facturación del grupo formado por las marcas BMW, Mini y Rolls Royce ha ascendido a 22.462 millones de euros (-0,9 %).