BMW se mueve al ralentí, ante el impacto que el coronavirus en el sector del automóvil. Y es que ha reducido su beneficio neto un 39,8% en los nueve primeros meses, hasta 2.177 millones de euros, y ha registrado unas ventas de 69.508 millones (-7,1%).
El grupo automovilístico alemán tiene un menor desplome de beneficio que sus compatriotas -Daimler (-85%) y Volkswagen (-87%)- y aunque sus ingresos son inferiores a los estos, ganan la partida a los de los franceses PSA y Renault. A la luz de sus resultados, mantiene sus objetivos anuales y va camino de lograrlos, aunque sabe que las ventas y beneficio operativo (Ebit) serán inferiores a los de 2019. Va ajustando la producción a la evolución de la demanda y prevé reducir personal, pero no se sabe a cuánto ascenderá: actualmente tiene una plantilla de unos 125.000 empleados en todo el mundo.
El dueño de las marcas BMW, Mini y Rolls-Royce ha tenido un Ebit de 2.633 millones hasta septiembre, lo que supone un 48,2% menos que hace un año. El de la división automovilística se ha desplomado un 94,3%, hasta 152 millones; el de las motos ha sido de 110 millones (-51,3%) y el de los servicios financieros ha caído un 43,2%.
En el tercer trimestre, el grupo BMW ha tenido unos buenos márgenes en coches (6,7%) frente al 6,6% de hace un año. Una buena evolución y una muestra de recuperación en “V” a pesar de las medidas de confinamiento en Europa, según han destacado los analistas del Banco Sabadell. Además, no se olvida del futuro, pues el grupo estrenará una nueva plataforma específica de coches eléctricos en 2026.