La petrolera BP hace tiempo que dejó de llamarse British Petroleum prefiriendo sólo sus iniciales… para parecer más limpia y moderna. Ahora los ingleses siguen sin cortarse y han anunciado que reducirán 10.000 empleos, lo que representa un recorte del 15% de su plantilla (que en total asciende a unas 70.100 personas). Eso sí, al mismo tiempo mantendrá el dividendo, algo llamativo porque es el trabajo de los empleados el que genera el beneficio y por tanto, la parte que se llevan los accionistas, que no doblan el lomo.
Curioso, aunque desgraciadamente no es la primera empresa ni la última que lo decide. El recorte de plantilla en el caso de BP se debe a la crisis del coronavirus, que se unió al desplome del precio del petróleo, y le provocaron unas pérdidas de 4.034 millones de euros en el primer trimestre. Una medida que forma parte del plan de reducción de gastos en un 25% anunciado el pasado abril y del movimiento de ir cambiando petróleo y gas por energía renovable, pues como otras compañías del sector, quiere alcanzar las cero emisiones en 2050. Aparte de la apuesta por la transición energética y luchar contra el cambio climático, en el deseo de BP de ser más verde también puede pesar la cara factura del vertido de crudo que ocasionó la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México en 2010 y por el que tuvo que pagar una multa de unos 18.571 millones de euros.
“La mayoría de las personas afectadas tienen trabajos basados en la oficina. Estamos protegiendo a la primera línea de la compañía”, ha señalado el CEO de BP, Bernard Looney (quien ocupa el cargo desde hace unos meses, cuando sustituyó a Bob Dudley, que se jubiló). Asimismo, 2.000 despidos se producirán en las oficinas centrales, situadas en Reino Unido. Eso sí, la reducción de plantilla también podría afectar, en parte, a España, donde emplea a unas 870 personas: de estas, 470 trabajan en la refinería del polígono industrial de El Serrallo, en el municipio El Grao de Castellón, como informa Valencia Plaza.