- En medio de una de las peores crisis carcelarias (127 muertos este año), los agentes penitenciarios de Río de Janeiro inician una huelga.
- En el penal de Alcasuz, con armas de todo tipo, incluidas ametralladoras, los detenidos se apostaron en los techos y no dejaron entrar a la policía.
- El ex secretario de Seguridad advirtió que las organizaciones delictivas controlan las cárceles porque hay una "anuencia tácita de sectores del Estado".
- El presidente, Michel Temer, convoca para este miércoles a los gobernadores de los 27 estados del país para tratar la crisis carcelaria.
En
Brasil, una nueva rebelión volvió a conmover el penal de
Alcasuz, en la ciudad norteña de
Natal. Esta vez con armas de todo tipo, incluidas
ametralladoras, los detenidos se apostaron en los techos de esa cárcel y no dejaron entrar a las fuerzas policiales, que debieron permanecer en el patio del penal, informa
El Comercial. En medio de una de las peores
crisis carcelarias del país, los
agentes penitenciarios del Estado de
Río de Janeiro han iniciado una huelga que se prolongará hasta el lunes y podría seguir. Los funcionarios denuncian que se les adeuda el pago de diciembre, además de sufrir pésimas condiciones laborales.
El domingo, 27 prisioneros perdieron la vida en Alcasuz, degollados y descuartizados. Hasta último momento, ni siquiera se habían retirado todos los cuerpos de los masacrados y había habido algunas fugas.
Pero ése no era el único caso de tensión carcelaria en el norte de Brasil. Otro penal protagonizó una breve revuelta: el de
Raimundo Nonato, también en Natal. Sincronizados con los de Alcasuz, la revuelta comenzó a las 3 de la madrugada. Pero luego aceptaron negociar y, según las autoridades de Río Grande del Norte, el escenario se había aquietado hacia el mediodía.
En total, en lo que va del año,
ya se han producido en Brasil cuatro motines de presos con un saldo de al menos 127 muertos.
Esta monstruosa sucesión de levantamientos carcelarios ocurre frente a los gobiernos provinciales y el Ejecutivo federal que están, literalmente, paralizados.
No atinan a tomar medidas. Es que en esta guerra entre facciones del tráfico de drogas se juega el control del comercio interno e internacional de narcóticos, básicamente cocaína.
La organización del Primer Comando se perfeccionó en los últimos 15 años. Esta mafia cuenta con armas de todo tipo y calibre, provistas a través del contrabando internacional. Y desde esa posición tiene sobrada capacidad para desestabilizar,
mediante ataques en ciudades, a gobernadores e intendentes.
En una entrevista con la revista Carta Capital, el especialista en temas de tráfico de drogas y exsecretario de Seguridad de Brasil, Guaracy Mingardi, advirtió que las organizaciones delictivas controlan las cárceles porque hay una "
anuencia tácita de sectores del Estado". Y abundó: "Sin la corrupción de funcionarios públicos no hay cómo mantener esa estructura". Eso significa, en su opinión, vínculos con el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
A la desesperada, el presidente de
Brasil, Michel Temer, convocó para este miércoles a los gobernadores de los 27 estados del país para tratar la crisis carcelaria, que ha dejado hasta el momento más de 120 presos muertos, y firmar acuerdos de colaboración en materia de seguridad, informaron este martes fuentes oficiales, informa
Efe.
El mandatario buscará el compromiso de los Gobiernos regionales en la implementación del Plan Nacional de Seguridad, que prevé la modernización del sistema penitenciario y la construcción de cinco prisiones de máxima seguridad, entre otras medidas, informaron a Efe fuentes de la Presidencia brasileña.
Ante las sucesivas matanzas, Temer se vio obligado el pasado 5 de enero a adelantar la publicación del Plan Nacional de Seguridad,
que además de tener un capítulo específico para mejorar las condiciones del sistema penitenciario, incluye estrategias para reducir los homicidios y combatir el crimen organizado, con especial foco en las regiones fronterizas.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com