- Y dentro de la UE hay división sobre el castigo. Ahora, el duro es Hollande y la blanda, Merkel.
- Y tampoco está claro cómo habrá que castigarles.
- Todos piensan que quitándoles la plaza financiera de Londres, pero nadie sabe cómo se hace eso.
- Y mientras, en Reino Unido surge la tentación de repetir el referéndum.
El secretario de Estado norteamericano,
John Kerry, visita Londres y Bruselas este lunes, un viaje que no estaba previsto antes del
Brexit. En teoría, Kerry viaja a la capital británica y a la capital europea para analizar las consecuencias del Brexit en el crecimiento global y cómo puede afectar a la inestabilidad de los mercados financieros.
Pero no se equivoquen. Lo que verdaderamente le importa a
Barak Obama (
en la imagen, junto a David Cameron) es el castigo de Europa a sus 'hermanos' británicos. La misión de Kerry es clara: impedir que Bruselas imponga duras sanciones a Reino Unido. Lo demás son cosas secundarias que poco importan ahora.
En el otro lado,
en el de la Unión Europea, hay un problema serio: nadie tiene claro cómo castigar a Reino Unido. De momento, el presidente francés, François Hollande se ha revelado como el duro, tal vez porque es el que más se juega en estos momentos, mientras que la canciller alemana,
Ángela Merkel, se ha mostrado mucho más blanda.
En cualquier caso, el cabreo de la Comisión Europea por el viaje de Kerry es grande. Aunque no concretaron nada, la primera reunión de los países fundadores -Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo, Holanda y Bélgica- concluyó con una idea: la salida de Reino Unido debía realizarse con celeridad y claridad, con el objetivo de evitar un periodo de incertidumbre.
Pero nadie sabe cómo castigar al 'desertor'. Bruselas tiene claro que debe imponer sanciones duras que disuadan a otros miembros de la UE que se podrían plantear su permanencia, pero nada más.
Todos piensan que el mayor castigo sería quitarles la plaza financiera de Londres, pero eso, ¿cómo se hace? Nadie tiene ni idea.
¿Mediante la fusión de las bolsas de
Frankfurt y París? Desde luego que no. A ver si nos entendemos: la fusión de la que se habla estos días es de los gestores de las dos bolsas europeas, no de las bolsas. El hecho de que sea un sólo gestor en lugar de dos distintos, no tiene nada que ver con que la City siga siendo la capital financiera de Europa y del mundo.
Mientras Kerry intenta evitar las sanciones a los 'colegas' británicos, Hollande se hace el duro y Merkel calla, en Reino Unido surge la tentación de repetir el referéndum. Y no es broma: la petición ya la han firmado tres millones de británicos, y sólo han pasado tres días. Y ojo, porque el
Parlamento británico está obligado a considerar todas las peticiones que obtienen más de 100.000 firmas.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com