Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) no descarrila, pues ha logrado acabar 2020 en beneficio, que ha sido de 10 millones de euros, pese a que ha caído un 60% respecto al del año anterior (25 millones), también ha aumentado ingresos y ha reducido deuda. Y todo ello, ha tenido premio bursátil: la cotización ha subido un 1,52%.
El fabricante de trenes vasco con sede en Beasain (Guipúzcoa) ha mitigado los efectos del Covid-19 por su gran diversificación de productos (alta velocidad, cercanías, tranvía, metro, autobuses) y geografías. Por ello, ha elevado sus ingresos un 6%, hasta 2.762 millones, de los que 2.037 millones han correspondido al negocio ferroviario y 725 millones al de autobuses. Y su cartera de pedidos se ha situado en 8.807 millones, algo inferior a la del año anterior (9.446 millones).
Su Ebitda ha bajado un 18%, hasta situarse en 201 millones. Por su parte, la deuda financiera neta ha pasado de 433 millones a 311 y lo mejor, el ratio de deuda sobre Ebitda ha bajado del 1,8% al 1,5%.
De cara a este año, CAF prevé continuar con el crecimiento, que se ha visto ralentizado en 2020 por la pandemia del coronavirus, y aumentar sus ventas y beneficios. Conviene destacar que también está pendiente del contrato que le adjudicaron en París al consorcio que forma junto a Bombardier, pues después de que este se integrara en Alstom, han surgido dificultades. El valor de este contrato es de 2.560 millones.