La juez de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, ha archivado el caso del máster de Carmen Montón, que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). La ministra de Sanidad terminó dimitiendo debido al revuelo que causaron su Trabajo de Fin de Máster (TFM), así como la obtención de sus aprobados con nota, a pesar de las faltas de asistencia. Así, Montón se une a Casado y, parcialmente, a Cifuentes -ya que se quedó como parcialmente imputada, aunque acaba en jucio no por copiar el máster-, cuyos casos también han sido archivados.
Asimismo, en la mañana del miércoles se conoce la noticia que afirma que la juez manda a juicio a Cifuentes por la falsificación del acta de su trabajo, según publica El Independiente. Según este medio, el delito también se extiende a otras tres personas: Enrique Álvarez Conde, director de la URJC, Cecilia Rosado, quien falsificó el acta de la supuesta defensa del TFM, y María Teresa Feito, exasesora de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Y todas estas decisiones demuestran el interés espurio de los presuntos luchadores contra la corrupción política
Cabe recordar que en 19 páginas del trabajo de Montón, Reproducción asistida: ¿una liberación o un retroceso en la igualdad?, aparecían párrafos completos de varios autores que no estaban citados, por lo que se le acusó de plagio. Asimismo, destacaron sus faltas de asistencia, que justificó afirmando que se le comentó que estaba previsto que “el máster se pueda cursar a distancia”. No obstante, otros alumnos que se sacaron el título afirmaron que “era un máster al que había que ir. Era presencial”.
Hay corrupciones, pero también hay mucha exageración interesada
Así, en noviembre, la Fiscalía solicitó a la juez que no investigara a Montón. Hoy, la magistrada ha emitido un auto donde determina el sobreseimiento provisional de la investigación "al no quedar debidamente acreditada la perpetración de infracción penal alguna".
Y ahora, ¿quién le devuelve el cargo el cargo de ministra de Sanidad a Carmen Montón?
Independientemente de que a uno se le ocurran otras cuestiones mucho más poderosas por las que Montón sí debiera haber dimitido... pero no por esta, ahora queda preguntarse quién le devolverá el cargo de ministra de Sanidad.