Uno de los argumentos más determinantes a la hora de establecer la conveniencia o no de una fusión bancaria es el sentido industrial de la operación. Es el argumento que más ha utilizado José Ignacio Goirigolzarri a lo largo de estos años: si tiene sentido industrial, adelante. Si no lo tiene, carpetazo.
La fusión Caixabank-Bankia no lo tiene, al menos en Madrid, Valencia, Baleares y Canarias, donde las dos entidades suman un total de 2.419 sucursales y 16.800 empleados, de los que la mayor parte -unos 14.100- trabajan en esa red comercial.
Si lo primero que se mira tras una fusión es la duplicidad de sucursales, está claro que el ajuste inicial comenzará en esas cuatro regiones. En Madrid, Caixabank y Bankia suman 1.050 oficinas y unos 6.300 empleados de red, de los que un porcentaje muy elevado está en Madrid capital.
Valencia es otra región donde el ajuste inicial será importante. Hablamos de algo más de 740 oficinas y unos 4.300 empleados. Recuerden que Caja Madrid se fusionó con Bancaja, la tercera caja de ahorros de España, y Caixabank se hizo con Banco de Valencia, en su momento, el séptimo banco por capitalización bursátil.
La posición de la entidad resultante de la fusión será muy similar en Baleares y en Canarias y será cercana al monopolio. En este último archipiélago, Caixabank se quedó con la antigua CajaCanarias, con sede en Tenerife -llegó a ser la entidad financiera más importante de las islas- cuando absorbió Banca Cívica en 2010. No confundir con Caja de Canarias, con sede en Las Palmas de Gran Canaria y una gran implantación en Lanzarote y Fuerteventura, y que pasó a formar parte de Bankia. Entre los dos bancos suman unas 320 sucursales y unos 1.800 empleados.
¿Y en Baleares? La entidad que preside Goirigolzarri está muy presente gracias a Sa Nostra (Caja de Ahorros y Monte de Piedad de las Baleares), que en 2010 pasó a formar parte de BMN, que culminó su integración en Bankia en 2018. Caixabank-Bankia tendrá en Baleares algo menos de 300 oficinas y unos 1.600 empleados.
En definitiva, el sentido industrial de la unión de estos dos bancos brilla por su ausencia, al menos en Madrid, Valencia, Canarias y Baleares. El ajuste será mayor en esas regiones.