Fuentes de Caixabank han comunicado a Hispanidad que la horquilla de reducción de plantilla oscila entre los 8.000 y los 10.000 empleados, sobre un total de 45.000 trabajadores. Esto es, entre un 18 y un 20%.
El martes 13 se inicia la ronda de contactos con los sindicatos, de donde saldrá, según las condiciones que se pacten, la cifra definitiva.
Igualmente relevante es el cierre previsto de oficinas. Aquí la hipótesis que se baraja es la de cerrar hasta una de cada cuatro oficinas, sobre todo en Madrid, Barcelona y Valencia.
Mantendrá el plan de oficinas rurales de Caixabank y los banco-bus de Bankia. Y no hay previsto ningún proyecto de expansión por la cornisa cantábrica
Eso sí, se mantendrá el plan de oficinas rurales de Caixabank y los banco-bus, donde Bankia se ha especializado.
Naturalmente, todo depende de la reducción de plantilla definitiva y del coste de la misma, un proceso que siempre bloquea la cuenta de resultados y cuya alternativa está muy clara: o cara o carísima. Sobre todo, cuando se pretende no recurrir a medidas traumáticas.
Para concluir con la red, no está previsto ningún proyecto de expansión por la cornisa cantábrica, la zona de sombra del nuevo primer banco en España.
En el Banco Central Europeo están felices con la operación. No saben que la reducción de costes no puede sustituir a los tipos bajos como palanca de negocio
Ojo, tampoco se ha decidido aún qué se va a hacer con el banco sobrante de inmuebles. Y el asunto no es baladí.
En el Banco Central Europeo (BCE) están felices con la operación. Quizás porque no caen en la cuenta de que la reducción de costes no puede sustituir a los tipos bajos como palanca de negocio. Y los tipos bajos no parece que vayan a subir. Pero al menos consiguen reducir la capacidad instalada, los costes de transformación… y con ello poder seguir asfixiando el negocio recurrente.