- Ahora le saldrá más caro, pero también es verdad que ya se han abordado la reducción de plantilla y los procesos pendientes (Preferentes, etc.).
- Escotet está dispuesto a integrarse en un grupo mayor y participar en el accionariado. Todo es cuestión de precio.
- A cambio, Caixabank obtendrá el liderazgo en Galicia y una red extendida por la cornisa cantábrica y la meseta norte: donde más flojos están los catalanes.
- A Feijóo no le va a gustar pero ahora hablamos de empresas privadas.
- Ambos suman 16 millones de clientes, unos activos totales de 393.323 millones de euros, 5.900 oficinas en España y 36.000 empleados.
El proceso de concentración bancaria en España no ha concluido. Y es que, tras la compra del negocio minorista de Barclays, Caixabank quiere seguir creciendo en nuestro país, sobre todo en aquéllas regiones donde su presencia no es significativa. Es el caso de Galicia, la cornisa cantábrica y la meseta norte. Y en ese triángulo, Abanca está muy bien posicionada, sobre todo en Galicia, donde domina el mercado con el 40% de cuota. Y eso sin contar con el negocio del grupo Banesco –matriz de Abanca- en Hispanoamérica, más concretamente, en Venezuela.
En este contexto, el presidente de Caixabank, Isidro Fainé, sabe que la operación le saldrá más cara que hace unos meses. Cuenta con ello. Pero también sabe que está negociando por una entidad que ya ha hecho los deberes, esto es, que ya ha abordado la reducción de plantilla y los procesos pendientes, sobre todo los relacionados con las preferentes de Novagalicia Banco (NCG).
A todo esto, ¿cuál es la posición de Abanca? Su vicepresidente y presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet (en la imagen), está dispuesto a integrarse en un grupo mayor y participar en el accionariado. Pero no lo hará a cualquier precio, aunque no le resultará difícil sacar una buena plusvalía. Recuerden que se hizo con NCG por 1.003 millones de euros, de los que, hasta el momento, sólo ha pagado 403. El siguiente desembolso -100 millones- lo tendrá que hacer el 30 de junio de 2016, el tercero, de 200 millones, un año después, y el último, de 300 millones, el 30 de junio de 2018.
Pero si hay alguien descontento con esta negociación es Alberto Núñez Feijóo. Efectivamente, el presidente de la Xunta tuvo un papel fundamental en el desenlace de la subasta que ganó Escotet. Durante el proceso de subasta, Feijóo afirmó por activa y por pasiva que Galicia no podía prescindir de 'su' entidad financiera. Y, ahora resulta que el venezolano negocia con los catalanes de Caixabank. La diferencia con entonces es que ahora las conversaciones se dan entre dos empresas privadas. Y la opinión de Feijóo tiene menos, o ningún peso.
En cualquier caso, estamos hablando de una entidad resultante con 16 millones de clientes (13,4 millones de Caixabank y 2,5 millones de Abanca), unos activos totales de 393.323 millones de euros (338.623 millones de Caixabank y 54.700 de Abanca), 5.900 oficinas en España (5.251 y 709, respectivamente) y 36.000 empleados (31.210 de Caixabank y 4.800 de Abanca).
La reestructuración bancaria sigue adelante.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com