El ImaginBank que Caixabank ha presentado este miércoles no tiene nada que ver con el que comenzó a operar en 2016. Lo de antes era un banco digital y lo de este miércoles es una plataforma de servicios digitales entre los que están también los financieros, pero de una manera muy discreta. De hecho, una de las ideas más repetidas durante la presentación del consejero delegado, Benjamí Puigdevall, ha sido que no hace falta contratar una cuenta corriente para formar parte de la comunidad Imagin. Bastará con una dirección de correo electrónico.
Entre las prestaciones, los usuarios encontrarán servicios relacionados con la música, los videojuegos, la moda y la innovación. Vamos, todo lo que le interesa a la generación millennial (nacidos entre 1981 y 1999). “El cliente ya no solo vendrá en busca de productos financieros, sino que también lo hará por su interés en contenidos de valor y en experiencias únicas”, ha explicado Puigdevall.
Tarjeta prepago, compartir gastos entre los amigos, crear eventos, comprar tecnología a buen precio -y con financiación, naturalmente-, son algunas de las posibilidades que ofrece el nuevo ImaginBank, en el que han trabajado unas cincuenta personas durante un año.
Pero el objetivo es mucho más amplio: crear una cantera de futuros clientes bancarios. Y en un sector tan competitivo, hay que adelantarse al resto. Así se explica el lanzamiento de la aplicación ImaginTeens, dirigida a jóvenes de entre 12 y 17 años, en la podrán recibir su paga o, incluso, disponer de una tarjeta. Como es lógico, permite el control parental en tiempo real, limitando, incluso, la utilización de la tarjeta en determinados establecimientos.
Pero el tiempo vuela y los adolescentes pronto se convierten en adultos. Por eso, Caixabank también quiere atraer a los niños y ha incluido la aplicación ImaginKids, con juegos, actividades y vídeos que vayan enseñando a los más jóvenes de la casa conceptos financieros básicos.
Al final, el objetivo es el de siempre: captar nuevos clientes y vincular aún más a los actuales. El antiguo ImaginBank logró 1,6 millones de clientes, de los que el 75% provenían de Caixabank. El objetivo del nuevo proyecto es más ambicioso: parte de 2,6 millones de usuarios (de los que 1 millón son niños y adolescentes) y pretende alcanzar los 4 millones en 2024.
Se trata de captar clientes y de ganar dinero, naturalmente, aunque eso llegará a su debido tiempo. De momento, el reto es aumentar un 70% la rentabilidad del cliente joven durante los próximos cuatro años.