Asia Bibi es ya más que un símbolo de la persecución que sufren los cristianos en países de mayoría islamista: su caso ha puesto contra las cuerdas al Gobierno de Pakistán, que tiene que decidir entre el respeto a la decisión de los Tribunales o la arbitrariedad, informa Hazteoír.

Esta es la historia de Asia Bibi.

El marido de Asia Bibi, Ashiq Masih, ya ha solicitado ayuda a Reino Unido, Canadá, Italia y Estados Unidos. Hay muchos países dispuestos a acogerla, el último Canadá, cuyo primer ministro Justin Trudeau, ha asegurado que está en conversaciones con el Gobierno paquistaní para concederle asilo en su país.

Hay muchos países dispuestos a acogerla. El último, Canadá

La situación es extremadamente delicada en Pakistán. La embajada de Holanda tuvo que ser cerrada por amenazas de atentado después de que se publicara una falsa información asegurando que Asia Bibi había salido del país en dirección a los Países Bajos.

No cabe duda de que el Gobierno paquistaní la está protegiendo en un lugar seguro y se mantiene el secreto en cuanto a su localización.

Aunque el ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán ha confirmado que no podrá abandonar el país hasta que no se revise la sentencia, de acuerdo con el pacto entre Gobierno y el partido que defiende la ley de la blasfemia.

Asia Bibi no podrá abandonar el país hasta que no se revise la sentencia

Lo que está claro es que el Gobierno solo tiene dos opciones: o respetar la decisión de los Tribunales o cometer una arbitrariedad. La imagen antes el mundo de cesión y cobardía, en caso de que opte por esto último, puede ser desastrosa.

En ese sentido, es vital que desde los países occidentales y los organismos supranacionales se presione al Gobierno de Pakistán para que respete los derechos humanos de esta mujer cristiana y la deje salir del país, como una persona libre que es.

Aquí se puede firmar la campaña internacional por la liberación inmediata de Asia Bibi de Citizengo.