Este miércoles, Siemens Gamesa ha celebrado su Junta de Accionistas -de forma telemática y con algunos meses de retraso-. Un evento donde tanto el presidente de la compañía, el español Miguel Ángel López, como el nuevo CEO, el alemán Andreas Nauen, han defendido “el compromiso con España”, a pesar de que “habrá decisiones difíciles pero inevitables”, como el cierre de la planta de Aoiz (Navarra).
López ha señalado que la escisión de los negocios energéticos del grupo Siemens, que se agruparán en Siemens Energy (compañía que saldrá a bolsa el 28 de septiembre), “no altera el compromiso con España”, pues la sede seguirá estando en Zamudio (Vizcaya, País Vasco). El fabricante de aerogeneradores afronta un ejercicio complicado, como se pudo ver en las pérdidas de su primer semestre fiscal, por eso el primer objetivo del CEO será restablecer la rentabilidad. Y dentro de este contexto, se dará a conocer el nuevo plan de negocio a tres años a finales de agosto.
Tratarán de recolocar a parte de los 239 trabajadores afectados por la planta de Aoiz, pero no es la primera reestructuración... ni será la última
Nauen ha afirmado que el cierre de Aoiz es una decisión difícil, pero la planta “no es competitiva” para fabricar las palas más grandes que ahora precisan sus aerogeneradores, en un entorno de alta competencia y márgenes pequeños. Eso sí, ha añadido que tratarán de recolocar a parte de los 239 trabajadores de dicha planta y que han cumplido con todas las condiciones por las que recibieron ayudas del Gobierno de Navarra por lo que no hay motivos para devolverlas.
Desde UGT se ha criticado que las reestructuraciones siempre acaban afectando a España, aunque los problemas tengan que ver con otros países y se sigan dando incentivos a largo plazo a directivos. Por su parte, la compañía presume de que la plantilla en nuestro país es superior a la de hace dos años, pero el sindicato critica que muchas de las contrataciones han sido temporales.
Nauen ha avanzado que trabajan en el lanzamiento de dos planes de acciones para empleados durante este año y que esperan abrir en los últimos meses. El primero se denomina ‘3-2-1’ y estará abierto a todos los empleados tras una inversión inicial de 50 euros y un límite del 4% del salario bruto, y el segundo es un programa de reconocimiento a través de acciones para premiar el desempleo extraordinario de ciertos empleados.
Además López no se ha olvidado de agradecer la cooperación de Iberdrola tanto como cliente como por los años en que ha sido accionista (hace unos meses vendió su 8%).