Los resultados del Grupo FCC en el primer trimestre son buenos, como prueba que el beneficio haya crecido un 135%, hasta 50,3 millones. Ahora bien, son un retrato, además, de las fortalezas del grupo, que está en las divisiones de Medio Ambiente y Agua, y del principal problema: Construcción.
Si sólo fuera por la última, que factura un 10,6% menos (324,3 millones), el resultado dejaría de sonreír, pero no tuerce el gesto gracias a las otras dos, que compensan la resta. Por eso, la filial de Construcción se ha convertido en el principal problema para el accionista de control, el magnate mexicano Carlos Slim.
Con todo, la reacción en bolsa es positiva, en torno al 2%, por el aumento del Ebitda (+15,3%, a 199,6 millones), la mejora del margen de rentabilidad (del 12,9% al 15%) y la rebaja en un 29,7% de los gastos financieros, a 40,3 millones tras la refinanciación de la deuda el año pasado. Ahora está en 3.780,9 millones, tras aumentar un 5,6% respecto a diciembre.
Slim ha intentado vender esa FCC Construcción sin éxito, por ejemplo a Florentino Pérez, mientras todo apunta al troceo, para sacarle jugo, sin poner más dinero. La inversión sigue donde la dejó en 2014, en 1.150 millones (650 a través de Inmobiliaria Carso y 500 millones después).
Da pasos en ese sentido con las otras divisiones, que neutralizan lo negativo en el primer trimestre. La de Medio Ambiente -protagonista por la recomposición jurídica de su estructura- crece un 3% (679,3 millones) y la de Agua, un 5,8% (244,9 millones).
Paradójicamente, Slim ya encontró un destino para vender el 49% de esa filial, Aqualia, al fondo IFM, por 1.024 millones de euros. Es la misma que utilizó antes como garantía para una emisión de 1.320 millones en bonos, y adelgazar así la deuda.
Son también esas dos divisiones las que más pesan en el Ebitda, que se reparte de este modo: Medio Ambiente, un 51,7%; Agua, un 26%; Cemento, un 9,2%; Construcción, un 8,3% y servicios corporativos, un 4,8%.
Por otra parte, para Slim no está siendo un plato de buen gusto el liderazgo en las encuestas electorales de México de López Obrador, el candidato de izquierdas. Los dos protagonizaron un insólito debate después de que propusiera cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.
El proyecto fue adjudicado hace un año al consorcio en el que participa FCC con un 14,28%. La cancelación supondría una pérdida de negocio de 543 millones.