- La alcaldesa de Madrid aprueba en un pleno extraordinario las ordenanzas fiscales para 2017.
- Sube el Impuesto de Circulación a los vehículos de mayor cilindrada y el SER para los más contaminantes.
- Sigue empeñada en perjudicar al comercio y la hostelería: mayor tasa de basuras y nuevo índice fiscal de calles.
- Todo gracias al PSOE, que anda 'entre Pinto y Valdemoro': no apoya los Presupuestos pero da su 'sí' a las tasas.
- Los socialistas de Madrid, al igual que a nivel nacional, también están divididos: unos apoyan a la gestora y otros a Pedro Sánchez. En juego, todos los ayuntamientos y autonomías donde gobiernan con Podemos y aledaños.
Manuela Carmena (
en la imagen, de espaldas) tiene Madrid sobre sus hombros y nunca mejor dicho a juzgar por la foto que ha mandado el Ayuntamiento este mediodía y que también ha colgado
en su web. Lo peor son los
tejemanejes que hace como alcaldesa de la capital, el último ha llegado con la
contaminación, la cual no ha tenido reparos en usar como
cortina de humo para subir impuestos.
La exjueza y ahora regidora ha aprobado las
ordenanzas fiscales para 2017 en un pleno extraordinario (convocado de urgencia un día antes) el pasado jueves. Entre otras cosas, Carmena sube el Impuesto de Circulación -el famoso
numerito- a los vehículos de mayor cilindrada. Asimismo, hay cambios en el Estacionamiento Regulado (
SER): baja el tiempo mínimo de estacionamiento de veinte a cinco minutos (a partir del 1 de junio) y los vehículos menos contaminantes pagarán un 50% menos, mientras que los
más contaminantes tendrán recargos del 25%.
La alcaldesa sigue empeñada en perjudicar al
comercio y a la
hostelería. Y es que la tasa de basuras de los comercios será mayor el año próximo… a pesar de que la ciudad no está sucia por su culpa, sino por la de Carmena. También hay un
nuevo índice fiscal de calles, que afecta al Impuesto de Actividades Económicas y al uso privado del dominio público (terrazas, quioscos, vados…). Y cómo no, sin olvidar la
tasa a los cajeros, una 'broma' que costará dinero a la banca y acabará repercutiendo en sus clientes.
Claro que además de lo relacionado con los coches y las basuras de comercios,
Carmena presume de ser muy 'verde' y aumenta las bonificaciones en el
IBI a quien instale sistemas de
energía solar. Además, este impuesto sólo bajará en 22 barrios, los otros 75 restantes se quedan igual.
Al final, la alcaldesa se sale con la suya en las ordenanzas fiscales gracias al
PSOE, que anda
entre Pinto y Valdemoro: señaló que
no iba a apoyar los Presupuestos de Ahora Madrid el pasado martes pero dos días después, paradójicamente, ha dado su 'sí' a las subidas de tasas. Por si esto fuera poco, hay que subrayar que los socialistas de Madrid, al igual que a nivel nacional, están divididos: unos apoyan a la
gestora y otros son partidarios de
Pedro Sánchez.
En el primer bando está, por ejemplo, el concejal
Julio Ransés Pérez Boga, portavoz adjunto de la Comisión Permanente Especial de Cuentas y de la Comisión Permanente Ordinaria de Economía y Hacienda. En septiembre,
fue relevado de la portavocía en ambas comisiones por
Carlota Merchán, quien tras la marcha de Pedro Sánchez del Congreso se convirtió en diputada y dejó sus cargos en
Érika María Rodríguez Pinzón. Pero no han sido los únicos cambios:
Antonio Miguel Carmona, quien fichó a Pérez Boga, fue apartado en agosto de 2015 como portavoz en el Ayuntamiento por Pedro Sánchez, que colocó a una de sus afines:
Purificación Causapié.
Mientras, el presidente de Asturias y de la gestora socialista,
Javier Fernández, quiere que se deshagan los pactos con
Podemos, por ejemplo, los que hay en las cuatro grandes capitales (Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza). Le preocupa, y mucho, que el PSOE se podemice. Y claro, no hay que olvidar la guerra que hay en Podemos entre los partidarios de Pablo Iglesias y los de Íñigo Errejón…
que también alcanza a Ahora Madrid: de sus ocho ediles, la mitad son
errejonistas.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com