Los resultados electorales en Andalucía dan para mucho.
Pedro Sánchez no perdona. Quiere que su archienemiga, Susana Díaz, que a punto estuvo de robarle el liderazgo socialista, dimita, dado que no puede formar una alianza con Podemos, es decir, con la extrema izquierda. La suma de ambos no otorga mayoría absoluta.
Ahora, Díaz habla de listas más votadas, que era el mensaje de Mariano Rajoy, bloqueado por Pedro Sánchez con su “no es no”.
El PSOE, condenado a escorarse hacia la izquierda: más anticlericalismo y entenderse con separatistas catalanes y vascos
Por suerte, Pablo Casado, sabedor de que tiene que convertir el fracaso de Andalucía en victoria, está dispuesto a aceptar a Vox como socio. Es lógico, Pablo Casado considera lo que muchos otros españoles cansados del metalenguaje político, donde los de Vox son ultraderechistas mientras Podemos, su contrario, representa la quintaesencia de la democracia y los derechos ciudadanos. Los unos son fascistas pero los otros no son comunistas.
¿Y Albert Rivera? Aunque la tesis de Ciudadanos es que Juan Marín debería presidir la Junta de Andalucía: pocos se lo creen. Ahora bien, Rivera no puede presumir de centrista si recibe el apoyo de Vox, y esa es una barrera que le cuesta saltar. En cualquier caso, Rivera también podría aceptar a Vox si pretende entrar en un Gobierno de coalición o si consigue presidir la Junta.
Lo urgente: Nadia Calviño ya ha advertido que aprobarán los Presupuestos. Es decir que el presidente Sánchez no convocará elecciones
Además, ahora el PSOE tiene que luchar para que Podemos no parezca extrema izquierda. El partido de Sánchez está condenado a escorarse hacia la izquierda: más anticlericalismo y entenderse con separatistas catalanes y vascos. Y aguantar la legislatura al precio que sea. Por ejemplo, con lo más urgente: Nadia Calviño ya ha advertido que aprobarán los Presupuestos Generales del Estado o que, al menos, lo intentarán. Es decir que el presidente Sánchez no convocará elecciones. Podría perderlas.
En el entretanto, enterremos a Susana. Pero la muy rebele se niega a ser enterrada en vida. Todo muy complejo.
Por cierto, Vox tiene doce diputados en el Parlamento andaluz. Eso implica que podría entrar en el Senado.