Ocurrió en “la Pradera”, la jornada festiva de Madrid, dedicada a su patrón, el agricultor San Isidro. Estaban allí todos los líderes políticos pero el escrache se dirigió contra los populares y, el más grave, contra la candidata a la Alcaldía por Ciudadanos, Begoña Villacís… una parturienta que dará a luz esta semana.
¿Insultar y acosar a una mujer que está punto de dar a luz? En efecto, la izquierda española es gentuza cobarde
Los insultos llegaban desde la plataforma de afectados por la hipoteca, pero la pancarta principal hablaba del “patriarcado”. Era, por tanto, un escrache feminista, la marca de casa, no de Podemos, sino del Sanchismo, el del moderado Pedro Sánchez. Precisamente, mientras los líderes nacionales se dejaban ver en la Pradera de San Isidro, él se paseaba por el estadio de Anoeta, porque la Real Sociedad, sección femenina, ha ganado la Copa de la Reina. Ningún interés electoral, por supuesto: el fútbol femenino siempre ha sido la pasión del presidente del Gobierno.
Es lógico: es un síntoma de radicalismo feminista, la marca del Sanchismo, y sabemos que el feminismo odia dos cosas: la virginidad y la maternidad.
Y sí: tal y como denunciaba la propia Begoña Villacís, los chicos de los democráticos Manuela Carmena y de Ada Colau estaban detrás (Plataforma contra el desahucio) pero también el feminismo sanchista, tan ‘moderado’.
Los mismos que votaron a Zapatero en 2004, votan ahora a Sánchez, 15 años después
En cualquier caso: ¿acosar a una embarazada a punto de dar a luz? ¡Hay que ser canallas! Pablo Casado tiene toda la razón: la radicalidad ha vuelto a las calles de España y el Gobierno del PSOE ha dado pruebas, una y otra vez, de que Sanchismo es igual a guerracivilismo, las dos Españas enfrentadas y una de ellas, la de izquierdas, la que blasona de feminista, la más violenta.
Ocurre que los mismos que votaron a Rodríguez Zapatero en 2004, votan ahora a Pedro Sánchez, 15 años después. Estoy convencido de que nuestro ZP-bis también ganará las elecciones del 26 de mayo como venció en las del 28 de abril. A partir de ahí, tendremos cuatro años para arrepentirnos. Con Zapatero tuvimos ocho.
En cualquier caso, ¿insultar y acosar a una mujer que está punto de dar a luz? En efecto, la izquierda española es gentuza cobarde.