- Que es lo que declaró ayer jueves ante el Tribunal Supremo el actual senador del PSOE: "Yo no podía saber cómo se preparaban los presupuestos en cada uno de los departamentos".
- PP, Podemos y Ciudadanos han pedido la dimisión de Griñán.
- Casos como este de los ERE falsos de Andalucía son los que han motivado el cabreo absoluto de los españoles con la clase política.
- Cabreo que aumentará si finalmente, la justicia no logra 'empapelar' a Chaves y a Griñán.
Recordemos los hechos: el caso ERE es una red de corrupción política vinculada a la Junta de Andalucía, que gobierna el PSOE desde el año 1980. El origen de este escándalo estuvo en la investigación del caso de corrupción en la empresa sevillana Mercasevilla, en la que fueron detectadas prejubilaciones aparentemente fraudulentas.
La investigación que desarrolla la juez Mercedes Alaya con la colaboración de la Guardia Civil, sostiene que existieron graves deficiencias en la gestión de las ayudas a los ERE puesto que, a cuenta de una partida que fue llamada "fondo de reptiles", se concedieron, por ejemplo, prejubilaciones presuntamente fraudulentas, pagadas a personas que nunca habían trabajado en las empresas afectadas; subvenciones a empresas que no estaban presentando un ERE e, incluso, a personas que no llegaron a crear ninguna empresa; comisiones, muy por encima del valor de mercado, a intermediarios entre la Junta y los trabajadores: aseguradoras, consultoras, bufetes de abogados y sindicalistas.
Todo ello ha constituido un fraude total de, al menos, 136 millones de euros. Aunque un informe de la Dirección General de Seguros, organismo del Ministerio de Economía y Competitividad de España, eleva el fraude a 152 millones.
La juez Alaya ha imputado a 271 personas; cinco de ellas son aforados, y entre ellos están los expresidentes de la Junta José Antonio Griñán, senador, y Manuel Chaves, diputado (además de sus exconsejeros Gaspar Zarrías, Mar Moreno y José Antonio Viera). Así que tienen que declarar ante el Supremo.
Y ayer lo hizo el expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán (en la imagen), quien reconoció que "todas esas ayudas concedidas de forma aleatoria y sin control merecen una responsabilidad política e incluso penal". Pero que él no sabía nada: "Yo no podía saber cómo se preparaban los presupuestos en cada uno de los departamentos". Luego, ante los medios, reconoció que "no hubo un gran plan" para orquestar la desviación de fondos, pero sí "un gran fraude" y admitió que "algunos controles pudieron fallar".
Las afirmaciones de Griñán han indignado a los españoles y carecen totalmente de credibilidad. Nadie se cree que no supiera nada, como nadie se creerá que tampoco lo supiera Manuel Chaves (que es lo que dirá cuando le toque declarar).
Por eso, PP, Podemos y Ciudadanos han pedido la dimisión de Griñán. El PP reclamó al PSOE que sea "coherente". "Al PSOE yo lo pondría frente a su espejo de lo que exigen a los demás", dijo el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano.
Por su parte, Ciudadanos trasladó ayer a los socialistas andaluces en una reunión que duró más de una hora que no negociará la investidura de Susana Díaz sin la dimisión previa de Antonio Griñán como senador y de Manuel Chaves como diputado.
También la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, pidió las dimisiones de ambos expresidentes de la Junta. En una entrevista en Cuatro, señaló que la corrupción se produce porque hay "un exceso de impunidad" y criticó la "falta de asunción de responsabilidad política".
Cómo no, la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, defendió ayer la "inocencia" de Chaves y Griñán y reiteró que les pedirá sus escaños si resultan imputados por delitos concretos.
Pero casos como este de los ERE falsos son los que han motivado el cabreo absoluto de los españoles con la clase política. Y más, si al final, la justicia no logra 'empapelar' a Chaves y a Griñán.
José Ángel Gutiérrez
josangel@hispanidad.com