Cepsa se han hundido en el primer trimestre, al registrar unas pérdidas de 556 millones de euros. Y las medidas no se han hecho esperar, entre ellas, un ERTE que afecta a unos 2.500 empleados de su red de estaciones de servicio.
La compañía que es propiedad de Mubadala (fondo soberano de Abu Dabi) y del fondo estadounidense Carlyle -dueños del 61,5% y del 38,5%, respectivamente- afronta una doble crisis: la del precio del crudo y la del coronavirus. De hecho, ha tenido que hacer una provisión de 350 millones por la menor valoración de los inventarios de crudo y productos petrolíferos, y un deterioro de los activos de activos de exploración y producción por importe de 188 millones. Esto provocó unos números rojos de 556 millones entre enero y marzo, frente a los beneficios de 151 millones que logró hace un año. Eso sí, Cepsa ha destacado que el beneficio neto ajustado ha sido de 85 millones (-31%) por el bajo precio del crudo, los bajos márgenes del refino y el Covid-19.
El Ebitda ajustado de la petrolera se sitúa en 453 millones (-3%), gracias a los aumentos de las divisiones de Marketing y Química, pero el negocio de Exploración y Producción aporta el 47,7%
Unas pérdidas que han llevado a tomar las primeras medidas ante la “doble crisis”, en palabras del CEO, Philippe Boisseau: un ERTE para unos 2.500 empleados de su red de gasolineras (el 78% de la plantilla de Cedipsa, filial que agrupa las 479 estaciones de servicio propias, según ha detallado Cinco Días), que recibirán el 100% de su salario). También reducirán 100 millones en gastos operativos y un 20% (210 millones) la inversión, y han aplazado la decisión sobre el pago de dividendo hasta que haya mayor visibilidad.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de la petrolera se ha situado en 453 millones (-3%), gracias a la mayor contribución de las divisiones de Marketing y Química, donde han alcanzado los 124 millones (+33%) y los 79 millones (+33%). Por su parte, en el negocio de Exploración y Producción, el Ebitda se ha desplomado un 23%, hasta los 216 millones, aportando el 47,7% del total; y en el de Refino, la caída ha sido del 15%, hasta los 95 millones. Y la deuda neta se ha situado en 3.698 millones, teniendo en cuenta el impacto de la NIIF 16: inferior a la de hace un año, pero superior a la de finales del año pasado (3.089 millones).
Parece que va a ser un año más que sombrío para Cepsa de lo que se pensaba el pasado 6 de marzo, cuando dio a conocer sus resultados anuales correspondientes a 2019. Y este delicado contexto no hace posible que se recupere el fracasado proyecto de la salida a bolsa, pero ojo, podría intensificarse el troceo que empezó a mediados del pasado diciembre.