- El hijo de la presidenta, Sebastián Dávalos Bachelet, renunció recientemente a su cargo de director cultural tras una polémica por acusaciones de tráfico de influencias.
- Lo último, la trama Soquimich: supuesta financiación irregular de campañas por parte de la empresa del ex yerno de Augusto Pinochet.
- El contralor general de la República, máximo organismo encargado de fiscalizar a las instituciones públicas, aseguró que "la corrupción ha llegado" al país.
Ya informamos de que el hijo de la presidenta, Sebastián Dávalos Bachelet (ambos en la imagen), renunció recientemente a su cargo de director cultural tras una polémica por acusaciones de tráfico de influencias en un millonario crédito para la compra y venta de terrenos. En concreto, Sebastián Dávalos -director sociocultural de la Presidencia- habría mediado con la entidad privada Banco de Chile para la concesión de un crédito de 10 millones de dólares a la empresa de su propia esposa, Natalia Compagnon. Es decir, habría incurrido en tráfico de influencias.
Por este motivo, el ministerio público ha citado a declarar para el miércoles al hijo y la nuera de la mandataria socialista Michelle Bachelet.
También recogimos que la presidenta de Chile se enfrenta a otra polémica por el elevado sueldo -dos millones de pesos (2.900 euros)- de su consuegra, Margarita Soto como funcionaria de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji). El diario chileno 'La Tercera' reveló que Soto entró en la Junin dos meses antes de que terminara el primer mandato de Bachelet, en 2010, y que desde entonces su salario se ha multiplicado desde los 700.000 pesos (1.000 euros) iniciales a los dos millones de pesos.
Pero a ello se añade -según informa El País- la investigación sobre la trama Soquimich: la supuesta financiación irregular de campañas por parte de la empresa del exyerno de Augusto Pinochet.
Y en ese contexto, surgen las declaraciones del contralor general de la República de Chile, máximo organismo encargado de fiscalizar a las instituciones públicas, quien aseguró que "la corrupción ha llegado" al país. Ramiro Mendoza aseguró: "no podemos cerrar los ojos" y dijo que "el no atender esas señales hace que el flagelo de la corrupción comience a encontrar un espacio cómodo donde asentarse".
Así que Chile se encuentra sumido en una tormenta sobre la corrupción de los poderes públicos.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com