En Chile ha tenido lugar una consulta ciudadana que les preguntaba si estaban de acuerdo con redactar una nueva Constitución para el país, pues la anterior fue aprobada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Según todas las informaciones, los chilenos han respaldado con casi el 80% de los votos reemplazar su actual Constitución.
Además, preguntados por quién debe redactar la nueva carta magna, el 79 % se mostró partidario de que sea una convención constitucional, que estará integrada solo por ciudadanos electos para ese fin y será paritaria.
Así, las 155 personas que integrarán la convención ciudadana que redactará la nueva Constitución serán elegidas por votación popular el 11 de abril del año que viene y a partir de entonces tendrán un margen de nueve meses, prorrogables una sola vez por tres meses más, para elaborar el nuevo texto de la nueva Carta Magna, explica RTVE.
El texto resultante será sometido a un nuevo referéndum, ya en 2022, que será de voto obligatorio y en el que los ciudadanos decidirán si lo aprueban o rechazan.
Cabe recordar que la oposición de izquierdas se declaró partidaria del cambio en todo momento mientras que los cuatro partidos de derechas que integran la coalición gubernamental se mostraron divididos, entre los que defendían a ultranza el cambio constitucional y quienes apoyaban elaborar un nuevo Texto Fundamental, recuerda RTVE.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha hecho un llamamiento para celebrar el cambio de forma "pacífica": “Este plebiscito no es el fin. Es el comienzo de un camino, que juntos deberemos recorrer para acordar una Nueva Constitución para Chile”. ”Quiero pedirles que al término de esta jornada, vuelvan a sus casas, cuiden su salud, respeten las normas sanitarias y condenen todo acto de violencia".
Este referéndum fue impulsado en el país como una medida para calmar la ola de protestas desatadas el año pasado contra la desigualdad y en favor de mejores servicios básicos, que entre masivas manifestaciones pacíficas produjo también episodios de extrema violencia anticlerical, tal y como ha venido informando Hispanidad.
En resumen: ¿existe un riesgo de involución revolucionaria, en clave marxista, en Chile? Sí. Y lo malo es que coincide con un avance del leninismo bolivariano en Hispanoamérica. La meme que circula por las redes sociales no es mal resumen y aún le faltan ejemplos: Argentina, Brasil como excepción, gracias a la irrupción de Bolsonaro y ahora Chile, en peligro próximo de caer en tiranía comunista. Como siempre, el leninismo 3.0, que diría Felipe González, ha optado por lo de siempre: primero crea un estado de máxima tensión y violencia en Chile y luego asegura que el problema es que la constitución era de Pinochet. Así, con el cambio de texto constitucional, se puede plantear el cambio de régimen.