Un grupo de violentos manifestantes interrumpió este 11 de enero la Misa de instalación del nuevo arzobispo de Santiago de Chile, Mons. Celestino Aós, y lanzó una bolsa con restos de bombas lacrimógenas al interior de la Catedral durante el momento de la Comunión, informa Aciprensa.
Mons. Aós fue nombrado como nuevo Arzobispo de Santiago de Chile por el Papa Francisco el 27 de diciembre de 2019, tras nueve meses de desempeñarse como Administrador Apostólico en la capital del país.
Según recoge el diario chileno La Tercera, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, señaló que durante la Misa “vi una persona que derramó unos tarros, parece que eran envases de bombas lacrimógenas que quedaron en el suelo”.
Para Sánchez “es lamentable que las personas no sepan que la libertad que tenemos dentro de la iglesia requiere respeto, requiere un comportamiento básico, decente y ético”.
El nuevo episodio de violencia se suma a los continuos incendios de templos católicos en el país, a manos de agresivos manifestantes que critican el sistema económico de Chile.
Es lamentable que las personas no sepan que la libertad que tenemos dentro de la iglesia requiere respeto, requiere un comportamiento básico, decente y ético
Las violentas manifestaciones comenzaron en octubre de 2019, tras el alza de los pasajes del Metro de Santiago. Además de iglesias, los violentos grupos han atacado estaciones del Metro, tiendas y diversos espacios públicos.
En la homilía que pronunció este 11 de enero, Mons. Aós señaló que “pasamos por días de agitación, de división y ataques”, y advirtió que “la división, la injusticia, la mentira, la violencia, son contrarios a nuestra condición cristiana, a nuestro compromiso bautismal”.
“Ningún cristiano puede quedarse de observador, menos aún de censor o de condenador; todos debemos preguntarnos ¿qué es la voluntad de Dios para mí? o con frase más familiar ¿qué haría Cristo en mi lugar?”, dijo.
“Todos los laicos son bautizados, y la promoción del laicado no consiste en pelear por puestos o servicios, sino que empieza por aprender a Jesucristo (su vida y hechos, su doctrina,) y por tener experiencia de Jesucristo y de Dios”, señaló.
Hispanidad ya ha denunciado que Chile vive una Navidad cristófoba: un ‘Arderéis como en el 36’, a lo hispanoamericano, disfrazado de reclamaciones sociales como la de que no suba el billete del metro, inicio de una revuelta perfectamente planificada y vendida al mundo como una sana protesta social contra el gobierno neoliberal de Sebastián Piñera. Pues bien, se trata de una grandísima mentira. Y como tal mentira, hay que oponerse a ella.