China es el país donde surgió el coronavirus y el único que crece. Algo que ya apuntó el FMI de cara a sus previsiones anuales y que resulta curioso y “llamativo”, como señaló el presidente de Repsol, Antonio Brufau, hace unas semanas, aludiendo a cómo está saliendo reforzado de la pandemia que sufre el resto del mundo.
El PIB del gigante asiático ha subido un 4,9% en el tercer trimestre, aunque se ha quedado algo por debajo de los pronósticos de los analistas, que esperaban un aumento algo superior al 5%. De esta forma, la economía china ya ha recuperado en el primer trimestre (-6,8%), pues entre abril y junio creció un 3,2% y entre julio y septiembre ha aumentado un 4,9%.
En este último periodo la actividad de la agricultura ha subido un 3,9%; la de servicios, un 4,3%; y la de industria, un 5,8%. Al hilo de esto no se puede olvidar que cuando llegó la pandemia ningún país tenía material sanitario suficiente, pero el gigante asiático sí y ha hecho un gran negocio vendiéndolo a todo el mundo. ¡Qué casualidad!
En el conjunto de los nueve primeros meses del año, China ha logrado que su PIB haya ascendido un 0,7%, hasta 9,21 billones de euros. Y aunque por primera vez desde 1990, no tiene un objetivo de crecimiento económico para este año por la incertidumbre, el FMI prevé que crezca un 1%, mientras que para España el pronóstico es de un derrumbe económico (-12,8%).