- El famoso despacho de abogados, en nombre de Barclays, se niega a llegar a ningún tipo de acuerdo amistoso.
- Porque así ha convencido a su cliente y así cobra más.
- Conclusión: Caixabank ha llegado a un acuerdo amistoso por un bono estructurado pero los ingleses no lo aceptan.
- Y así trabajaba el Barclays en España: le colocó un estructurado a un cliente aunque el test de idoneidad lo desaconsejaba.
Clifford Chance es uno de los diez bufetes de abogados más grandes del mundo. Tiene despachos en prácticamente todas las ciudades importantes de los cinco continentes. Por supuesto, tiene oficinas en Madrid y Barcelona, desde donde ha ejercido, y sigue ejerciendo, la defensa de uno de sus clientes, Barclays Bank.
Y trabajo no les falta ya que, a pesar de que Caixabank se hizo con el negocio del banco británico en nuestro país en enero de 2015, desde Londres siguen contando con los servicios de Clifford Chance (y del despacho Pérez de la Cruz-Trillo Garrigues) para la defensa de sus intereses frente a las demandas por la venta de productos complejos.
Y no es una defensa cualquiera. El bufete internacional, en nombre del Barclays, se niega sistemáticamente a llegar a ningún tipo de acuerdo amistoso. Así ha convencido a su cliente y así cobra más.
Conclusión: Caixabank ha llegado a un acuerdo amistoso por un bono estructurado colocado en 2007 y 2008, pero los británicos no lo han aceptado y han obligado a ir hasta el final. Y, al final, el juez ha condenado a Caixabank -aunque el pago recae sobre el Barclays- a restituir los 232.000 euros del bono estructurado que colocó a su cliente, que ha contado con el asesoramiento del bufete
Ferrer-Bonsoms Abogados, especializado en derecho bancario.
La sentencia incluye, además, los intereses, de los que deberán deducirse los cupones abonados al cliente. Asimismo, recae sobre el banco británico el pago de las costas. Vamos, todo un éxito para el Barclays.
Por cierto, así trabajaba la entidad en nuestro país: le colocó este producto complejo a un cliente aunque el
test de idoneidad que le realizó lo desaconsejaba. En otras palabras, el Barclays sabía que su cliente no era apto para ese producto, pero le dio igual. Lo importante era colocarle el bono estructurado como fuera.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com