Un día después de los pésimos resultados de The Coca-Cola Company, llegan los de Coca-Cola European Partners (CCEP), la ‘megaembotelladora’ europea. Y ojo, porque la cosa no pinta bien para el empleo, porque Iberia (España, Portugal y Andorra) sigue siendo el único mercado europeo donde las ventas caen a doble dígito (-22%), pero lo peor es que ha perdido peso en el viejo continente en 2020, pues ya no es el que más ingresos aporta, sino el cuarto.
En concreto, Iberia ha tenido una facturación de 2.173 millones de euros (-22%) en 2020, lo que representa el 20,5% del total. De esta forma, se ha colocado por detrás de: Alemania, con 2.270 millones (-6,5%); Norte de Europa (Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Suecia e Islandia), con 2.251 millones (-9,5%); y Reino Unido, con 2.203 millones (-8,5%). Y en el cuarto trimestre, las cifras no fueron mejores: Iberia ha tenido unos ingresos de 517 millones (-17%). Los motivos de estas caídas más pronunciadas han sido el menor volumen por su exposición al canal de consumo inmediato y a la menor afluencia de turistas, sobre todo, en España, donde el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) tiene más peso sobre el negocio, y además, el consumo en el hogar también se ha visto afectado por la debilidad del canal efectivo y transporte.
Iberia ha pasado de ser el primer mercado al cuarto se coloca tras: Alemania, Norte de Europa (zona donde agrupa seis países) y Reino Unido
Esto no hace ser optimista de cara al empleo, porque el impacto del coronavirus en el canal Horeca ha servido para que CCEP ‘justificara’ el cierre de la planta de Málaga… al tiempo que tenía activa su campaña de apoyo a bares. Tras esta medida y los malos resultados de su tercer trimestre, volvió a la carga, con el anuncio de un nuevo ERE de 360 empleados de las áreas de comercial, atención al cliente e informática en España. Veremos si tras conocerse las cifras del cuarto trimestre y del conjunto del año, hay más medidas... o no.
Volvamos a los números de 2020. La ‘megaembotelladora’ europea que preside la española Sol Daurella ha visto menguado a la mitad su beneficio neto, en concreto en un 54,5%, hasta los 498 millones, por el impacto de la crisis del coronavirus y las restricciones, y unos gastos de reestructuración de 368 millones y costes asociados a la compra de la embotelladora australiana Amatil. El beneficio operativo ha caído un 47,5%, a 813 millones; y los ingresos han bajado un 11,5%, a 10.606 millones.
“2020 ha sido un año desafiante como ningún otro y estoy muy orgulloso de cómo hemos gestionado el negocio en un entorno en constante cambio y evolución. Esto ha sido posible gracias al extraordinario trabajo y compromiso de todos nuestros compañeros, que, además de apoyarse los unos en los otros, han ofrecido también respaldo a nuestros clientes y comunidades. Les estoy muy agradecido”, ha señalado el CEO, Damian Gammell. Asimismo, ha presumido de que han puesto en marcha “medidas significativas para proteger nuestro desempeño, lo que nos ha permitido acabar el año con un cash flow y un balance sólidos. Esto nos sitúa en buena posición para retribuir al accionista, como evidencia el dividendo pagado el pasado mes de diciembre”. Además, ha añadido que “seguimos ajustando nuestros costes a la nueva realidad” y “confiamos en nuestra capacidad para afrontar el futuro, sustentada sobre tres grandes pilares: great people, great service y great beverages (gran gente, gran servicio y excelentes bebidas). Estamos marcando la diferencia y creemos que, junto con la adquisición de Coca-Cola Amatil, contamos con unos pilares sólidos para impulsar un crecimiento sostenible y aportar mayor valor a los accionistas”. Esto último es, sin duda, una de las cosas que más interesan a Daurella y su familia...