• El mexicano deja de ser director general de Coca-Cola Iberia; le sustituirá Manuel Arroyo.
  • Es un viejo conocido para la 'marca de la felicidad', también estuvo en SC Johnson y fue Ceo de Deoleo.
  • Coca-Cola busca a toda costa mejorar imagen y resultados, pero la gestión de Arroyo en la aceitera no fue buena.
  • Otros ascensos por hacerlo 'bien' en España: Marcos de Quinto, Sol Daurella, Víctor Rufart y Miguel Mira.
  • Mientras, Fuenlabrada ya no produce y es un centro logístico fallido, además el conflicto laboral no ha acabado.
Coca-Cola sigue a lo suyo y vuelve premiar el destrozo de Fuenlabrada. De hecho, habrá un nuevo director general de Coca-Cola Iberia, cargo que ostentaba el mexicano Jorge Garduño (en la imagen), que asumirá nuevas responsabilidades internacionales. Por tanto, es el quinto directivo que ha sido premiado tras el ERE con beneficios de la antigua embotelladora española. Le sustituirá Manuel Arroyo (en la imagen de la izquierda), un viejo conocido para la 'marca de la felicidad' donde durante más de veinte años ocupó distintos puestos: formó parte del equipo de marketing, lideró la primera estrategia global de agua, fue director general de España y presidente de la zona del sudeste asiático. También trabajó en SC Johnson y fue Ceo de Deoleo. La multinacional de Atlanta busca a toda costa mejorar imagen y resultados, pero quizá debería tener en cuenta que la gestión de Arroyo en la aceitera no fue muy buena. Fue Ceo de Deoleo poco más de un año (de junio de 2015 a septiembre de 2016), cuando le echaron para incorporar al italiano Pierluigi Tosato. Garduño ha estado al frente de los mercados de España y Portugal desde el 1 de enero de 2015, cuando sustituyó a Marcos de Quinto, que también voló a sillas más altas. Poco más de dos años acumulando logros, según la compañía: devolver el mercado ibérico al crecimiento, integración de Coca-Cola Iberia en la división de Europa Occidental y la nueva relación con la 'megaembotelladora' europea. Todo esto "con un estilo de liderazgo centrado en las personas". ¿Seguro? Deberían recordar los despidos del ERE con beneficios de la antigua embotelladora española (Coca-Cola Iberian Partners, hoy Olive Hodco) y el poco trabajo efectivo que tienen los readmitidos en Fuenlabrada. Eso sí, Garduño se ha empleado a fondo en el lavado de imagen, aunque para la 'marca de la felicidad' no ha sido suficiente. En concreto, ha estado detrás de la estrategia de marca única en España, el guiño a la hostelería (nueva botella de vidrio y la nueva marca Royal Bliss) y la renovación de la sede de la multinacional en Madrid. Pero el de Garduño no es el único ascenso por hacerlo 'bien' en España, en los últimos años hemos visto varios. El primero y de mayor grado fue el de Marcos de Quinto, que dejó el mercado ibérico para ser responsable mundial de marketing y después fue nombrado también vicepresidente. Sol Daurella protagonizó el segundo: pasó de presidir el embotellador español a la 'megaembotelladora' europea. Aunque no le faltan líos en su clan familiar por cuestiones de dinero y su 'coqueteo' con el independentismo catalán. También está su hombre de confianza, Víctor Rufart, que siguió sus pasos hacia Europa, se puso al frente de la oficina de integración de Coca-Cola European Partners (CCEP), cargo que compagina desde octubre con el de director de estrategia. El cuarto ascendido fue Miguel Mira, que cambió la dirección de Asuntos Públicos y Comunicación de Coca-Cola Iberia por ser director general en la región sur de México. Un premio por cuidar la imagen durante los despidos y el cierre de fábricas. Mientras, Fuenlabrada ya no produce y es un centro logístico fallido, además aún no ha terminado el largo conflicto laboral (dura ya más de tres años) y no parece que vaya a escribir pronto su fin. Cristina Martín cristina@hispanidad.com