Al menos 21 personas, incluido el presunto autor, han muerto este jueves en un atentado con coche bomba contra una academia de la Policía en Bogotá. Hay además 68 heridos, informa RTVE.
Según la Fiscalía, en el ataque fue utilizada una camioneta Nissan Patrol cargada con 80 kilos de explosivo pentolita. El presunto autor accedió con el vehículo a la Escuela General Francisco de Paula Santander, situada en el sur de Bogotá, y segundos después voló por los aires tras estrellarse contra un edificio de alojamientos para mujeres. Entre los fallecidos hay una cadete ecuatoriana y el atleta colombiano Cristian Maquilón, que realizaba un curso en la academia.
El presidente de Colombia, Iván Duque, ha calificado lo ocurrido como "acto terrorista" que busca "intimidar" a Colombia y "amedrentar al Estado colombiano"."Colombia les demostrará que esta es una nación fuerte, unida y que no se quiebra ante la demencia de estas agresiones", ha aseverado. Las autoridades están trabajando "para poder capturar a los responsables de esta infamia y llevarlos a la justicia”.
Un hecho de este calibre no se improvisa y requiere tanto recursos logísticos como económicos solamente posibles de obtener por parte de una organización criminal estructurada
Tras la desmovilización de las FARC aún operan en Colombia varias bandas criminales, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) al cártel de narcotraficantes del Clan del Golfo, pasando por columnas de disidentes de la antigua guerrilla. Los primeros datos sugieren un vínculo con la insurgencia del ELN, ya que el vehículo empleado en el asalto a la escuela de cadetes procedía de Arauca, cerca de la frontera de Venezuela, una zona controlada por esa organización, que cuenta con células y estructura de apoyo en las grandes ciudades. No obstante, Duque no quiso adelantar conclusiones como las que, por ejemplo, se empleó en dar entender el sector más duro de su partido, el Centro Democrático, recuerda El País.
El expresidente Álvaro Uribe vinculó lo sucedido con la transición abierta en Colombia
Lo que sí se sabe de antemano es que un hecho de este calibre no se improvisa y requiere tanto recursos logísticos como económicos solamente posibles de obtener por parte de una organización criminal estructurada. Comprar explosivos en cantidad, armar un coche bomba, desplazarlo para que violente las barreras de seguridad de un centro policial y estrellarlo contra el edificio donde se alojan las cadetes no es cosa sencilla y demanda que el grupo criminal tenga capacidad de hacer presencia urbana a través de milicias o poder desplazar personas con entrenamiento suficiente y apoyo logístico para actuar en un entorno que no les es familiar, añade ABC.
Por eso, la principal línea de investigación apunta a la guerrilla del ELN, con la que el gobierno de Iván Duque tiene suspendidas las incipientes conversaciones heredadas de la presidencia de Juan Manuel Santos.
El expresidente Álvaro Uribe vinculó lo sucedido con la transición abierta en Colombia. "¡Qué grave que la paz hubiera sido un proceso de sometimiento del Estado al terrorismo!", escribió en su cuenta de Twitter.