Los comunistas, en este caso los neocomunistas de Pablo Iglesias, vuelven al poder gracias a Pedro Sánchez. No estaban en él desde septiembre de 1936, ya iniciada la guerra civil, donde no duraron mucho porque cuando está abierta la vía hacia la revolución violenta los comunistas dejan de sentir querencia a la gobernaduría. En cualquier caso, en 1936 a los comunistas les introdujo en el poder el socialista Largo Caballero; ahora, el socialista Pedro Sánchez.
El neocomunista Pablo Iglesias sueña con la eutanasia y con subir los impuestos para vengarse de los propietarios (la clase media)
De hecho, todo lo que vivimos en este final del agónico año de 2019 es un paripé enorme: el Frente Popular de Pedro Sánchez ya es un hecho, como en 1935-36: socialistas, comunistas y separatistas -en este caso burgueses como el PNV o revolucionarios como ERC- unidos por su único nexo común: la cristofobia. Y ahora, como recuerda Alfonso Guerra, en un país tan autodestructivo como España sólo puede salvarnos la majadería de ERC y de la antigua Convergencia. Traducido: sólo la majadería de ‘Puchi’ (Carles Puigdemont) puede salvarnos de la majadería de Sánchez.
Pero todo parece indicar que el repugnante pragmatismo de Oriol Junqueras se va a imponer. El preso de Lledoners sabe que sólo puede romper España con el insensato de Pedro Sánchez al frente del Gobierno español: un paranoico del poder dispuesto a todo con tal de permanecer en La Moncloa.
El bolivarianismo español prepara una persecución contra la Iglesia y contra la educación cristiana: si quieres ser católico… en tu casa y con la boca cerrada
Al final, Junqueras, para lavar la imagen antes sus bases indepes y que traguen el acuerdo con Madrid, se ha inventado lo de la Abogacía del Estado -¡Menudo papelón!-. No lo duden: en cuanto el informe de ese organismo asegure que Junqueras es un buen chico dará el visto bueno al gobierno de coalición y continuará a lo suyo: conseguir la independencia de Cataluña. Con Sánchez en Moncloa, todo es posible. Por supuesto, lo es la España, nación de naciones, concepto ininteligible pero un buen anzuelo para tontos. De hecho sólo la demencia puigdemoniana puede salvarnos. Junqueras, más sensato que 'Puchi', nos encamina hacia la ruina.
En cualquier caso, no olvidemos algo: en este Gobierno frentepopulista de Sánchez e Iglesias, el que figura es Sánchez -de hecho, es la coartada- pero el que manda es Iglesias.
Y el neocomunista Pablo Iglesias sueña con la eutanasia -a los neocomunistas, como a los viejos marxistas, la debilidad les molesta- y con subir los impuestos para vengarse de los propietarios, de la clase media, a la que ahora él pertenece. En su caso, clase media-alta.
De paso, encarecen el trabajo, que en eso consiste la reforma de la reforma laboral de Fátima Báñez. El frentepopulismo quiere un país de funcionarios
Habrá que insistir: lo único que une a personajes tan distintos como socialistas, comunistas y separatistas es la cristofobia. Así, el bolivarianismo español prepara una persecución contra la Iglesia y la enseñanza religiosa: si quieres ser católico… en tu casa y con la boca cerrada.
El sueño de Iglesias y Sánchez, unidos por su anticlericalismo, es legalizar la eutanasia, y con ella el infanticidio. Es el único atentado contra el derecho a la vida que les falta por perpetrar. Y luego, ir contra la educación concertada, que en España constituye el grueso de la enseñanza católica. Porque si una obsesión tiene la progresía actual es lavarle el cerebro a los niños desde su más tierna infancia,. Por ejemplo, con el adoctrinamiento LGTB.
De paso, el Gobierno social-comunista encarecerá el trabajo y producirá desempleo y/o empleo subvencionado, que viene a ser lo mismo. En eso, consiste la reforma de la reforma laboral de Fátima Báñez, lo mejor que hizo el PP, aunque se quedó corto.
Con el nuevo Gobierno frentepopulista también viene una subida de los impuestos, empezando por los impuestos que graban el trabajo. Es el sueño de los neocomunistas de Pablo Iglesias: un país de funcionarios. Muy productivo y muy alegre.
De la mano de Podemos, el neocomunismo -progresismo, feminismo, ecologismo y algún que otro ismo- ha vuelto a España. Felicitémonos todos.