De nuevo han aparecido cartas exigiendo el impuesto revolucionario en Euskadi. A una de ellas ha tenido acceso Hispanidad. En esta segunda etapa, las reciben empresarios que son informados de la necesidad de colaborar con el reagrupamiento de presos etarras.
En una campaña navideña por el reagrupamiento de los reclusos etarras se informa al chantajeado de los presos de su zona
¿Cómo se colabora? Sencillo. Se envía una carta al chantajeado recordándole los presos procedentes de su zona de cobertura y se le informa sobre los gastos de las familias de los etarras para acudir a visitarles y para financiarse durante su ausencia penal. Y esto vale tantos euros…
Si recibes esta cartita, a lo mejor ya no estás en peligro de muerte como antaño (o a lo mejor sí, que a algunos no nos extrañaría el regreso de ETA) pero sí de condena al ostracismo en tu ‘ámbito de cobertura’. Para entendernos, allá donde vives. En cualquier caso, sabemos cómo te llamas y dónde vives.
La cobardía del Sanchismo ha propiciado el envalentonamiento de las burguesías separatistas vasca y catalana: PNV y PDeCAT
La verdad es que el impuesto revolucionario, jurídicamente conocido como extorsión, había desaparecido con la derrota de ETA. Ahora regresa… porque la actitud meliflua de Pedro Sánchez ha envalentonado, no a los radicales catalanes y vascos, sino a la burguesía independentista de ambas regiones: el PDeCAT (antes Convergencia) y el PNV. Esa cobardía de Sánchez es la que posibilita el regreso del ambiente que Xavier Arzalluz describiera de forma atinada y rigurosa: unos menean el nogal y otros recogemos las nueces.
Seguiremos informando…