Abrir para perder dinero. Es lo que le ocurre actualmente a la gran mayoría de quiosqueros de España. Y es que subir la persiana todos los días no asegura las ventas, ni mucho menos, y sí los gastos que implica mantener la actividad. Por ejemplo, el pago de la cuota de los que son autónomos.
El Gobierno social-comunista de Pedro y Pablo, que todo lo hace por el bien del pueblo, aunque sin el pueblo, considera que poder comprar el periódico todos los días es esencial porque los ciudadanos tienen que estar informados. Ahora bien, obligar a los kioscos a abrir durante el confinamiento puede provocar el cierre definitivo de muchos de ellos. Así lo ha manifestado este lunes uno de ellos durante una entrevista en un programa matinal de televisión.
Idea fuerza: en la era digital, la prensa de papel está abocada a desaparecer o, como mucho, a permanecer como algo testimonial. Hace muchos años que el español medio se informa a través de la prensa online y de las redes sociales, además de utilizar la radio y la televisión. Con el confinamiento, además, los editores han suprimido temporalmente los muros de pago para que todo el que quiera pueda informarse gratis. ¿Comprar el periódico en el kiosco? ¿Para qué?
El malestar de ‘nuestro’ kiosquero era patente y estaba justificado: durante las primeras horas de este lunes, hora punta en la venta de periódicos, había facturado sólo cuarenta euros, muy lejos del mínimo para justificar el negocio. El protagonista lo ha dejado claro: lo que busca el Gobierno no es garantizar la información a los ciudadanos, sino salvar de la quiebra a las grandes distribuidoras de prensa. No le falta razón.