- Rajoy sólo pactará con los constitucionalistas.
- A la fuerza obligan: si no, Rivera se echa al monte.
- Y todo ello convierte a Pedro Sánchez en el gran saboteador.
- Y Ciudadanos añade: sin independentistas y sin Mariano Rajoy. Y es que Rivera explota su última posibilidad.
- Las aclaraciones de Soraya: "No hemos concedido ningún indulto por violencia de género en toda la legislatura". Pues deberían.
Consejo de Ministros del viernes 22 de julio. La vicepresidenta en funciones,
Soraya Sáenz de Santamaría, tiene poco de lo que informar. Prácticamente, se ha limitado a hablar del
indulto a María Salmerón, la mujer que no permitió que su pareja, condenado por violencia de sexo, que no violencia sexual, pudiera visitar a sus hijos según el mandato del juez.
Y para defenderse, doña Soraya nos ha explicado que en toda la legislatura no han aprobado un indulto por
violencia de género. Pues deberían, porque hay mucha injusticia, legal y judicial, contra el varón en esta materia.
Eso y la
dimisión de María Seguí, directora general de Tráfico. Ya saben la moda: si eres investigado debes dimitir por higiene democrática ,pero si dimites es la prueba fehaciente de que eres culpable. O sea, igualito que
Christine Lagarde.
Pero no se preocupen. Aquí lo único que importa es la
formación de Gobierno. Soraya asegura que
Rajoy está optimista, activo, intenso. Lo último, señora vicepresidenta, resulta difícil de creer pero da lo mismo.
Entre tanta palabrería si hemos podido sacar algo en limpio: el
PP sólo pactará con "
constitucionalistas".
Se trata de una exigencia de
Albert Rivera, quien se juega su última bala y quiere jugar a tope. Vamos, que si hay una terceras elecciones,
Ciudadanos se convierte en partido marginal. Y no sólo eso: exige que el PP no pacte con los
nacionalistas catalanes, con Convergencia (que de eso estamos hablando).
¿Y esto es bueno? No, no lo es, porque si el PP hubiera pactado con Convergencia habría detenido el independentismo catalán justo cuando
la última encuesta de la Generalitat dice que, por vez primera, los independentistas superan a los no independentistas en Cataluña.
Y todo esto, añade más presión a
Pedro Sánchez, que pasa por ser el saboreador del acuerdo.
La verdad es que se pacte lo que se pacte, el
pensamiento único,
lo políticamente correcto, el hoy llamado
progresismo (abajo los curas y arriba las faldas) seguirá imperando en España. En poco se diferencian los cuatro grandes partidos y también los nacionalistas. Bueno, se diferencian en los rostros y se empeñan en que todos esos rostros anhelan el mayor
poder posible. Por lo demás…
Adiós al muy deseable
pacto Madrid-Barcelona. Otra oportunidad perdida.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com