- Cabreo en el Ejecutivo con el premier Tsipras, en pleno enfrentamiento Atenas-Madrid.
- Lista Falciani al estilo Soraya: El PP lo ha hecho mal pero como el PSOE lo hizo peor, entonces el PP lo ha hecho bien.
- Un debate sobre el Estado de la Nación de lo más original: se hablará de economía y de corrupción, es decir, de regeneración democrática.
- El proyecto de ley de auditoria perjudica a las pequeñas auditoras. Está claro, lo pequeño no gusta.
- La nueva normativa sobre solvencia bancaria, en su línea: si un banco flaquea ponle capital. Si sigue flaqueando, más capital. Vamos, que lo pequeño no gusta.
- Normativa de fondos: como si a la banca en la sombra le interesaran las pymes. Los fondos buscan, ante todo, especular.
- En esta legislatura ya está vendido todo el pescado. Sólo queda la pestilente raspa del aborto, que ese cobarde llamado Rajoy no se atrevió a afrontar.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (en la imagen junto a Guindos), rinde cuentas a los medios tras la reunión del Consejo de Ministros del viernes 13 de febrero. Anuncia que el Gobierno ha remitido a las cortes la solicitud del Debate sobre el Estado la Nación, para los días 24 y 25 de febrero. En primer lugar se le escapa el imperativo: "Será un balance de las reformas de la legislatura". Vamos, porque lo digo yo. A renglón seguido, rectifica: "Bueno, eso es lo que el Gobierno solicita". Vamos, que no impone el orden del día, si ustedes me entienden, pero ya indica por dónde van a ir los tiros.
Dos asuntos muy originales para enmarcar el Debate: las reformas económicas del PP que nos han llevado al éxito actual y las medias de regeneración democrática. Esto es: economía y corrupción. ¿A que no les suena?
Por cierto, ha habido tres debates sobre el Estado de la Nación, en lugar de cuatro. Éste será el tercero y último de la legislatura.
Soraya Sáenz de Santamaría está cada día más nerviosa. No sólo porque Rajoy se empeña en exiliarla al Ayuntamiento de Madrid, sino porque ya está vendido todo el pescado. Lo que el PP no ha hecho hasta aquí no lo hará.
A partir de ahí le toca el turno al ministro de Economía, Luis de Guindos. Tres normas: Proyecto de ley de auditoria, desarrollos sobre fondos de inversión y desarrollo de la ley de Solvencia bancaria.
Auditoría: en teoría se aumenta la independencia del auditor hacia el auditado, alargando hasta los 10 años de plazo no renovables para que una misma auditora audite a una misma empresa.
Sobre todo, la ley está pensada para las llamadas entidades de interés público. Ya saben, las que más trabajan con dinero de los demás: bancos, aseguradoras, etc.
Dos puntos a destacar. El primero, que esa normativa en proyecto perjudica a las pequeñas auditoras. Ya saben, lo pequeño no tiene cabida en este mundo. Sufrimos de elefantiasis y así nos va. ¿Cómo se consigue esto? Haciendo que una auditora no pueda depender de un cliente en más de un 20% de facturación.
Lo segundo afecta menos a la libertad pero más a la cuenta de resultados del sector. Resulta que no se podrán compatibilizar los trabajos de auditoría con los de consultorías. Esto parece lógico dado que en auditoria juzgas, en consultoría, aconsejas… y te llevas más plata al bolsillo. Ahora bien, no olvidemos que las auditoras cobran mucho más por asesorar que por auditar.
Ley de Solvencia bancaria. Es la aplicación de Basilea III. No me pregunten los pormenores porque los concretará el Banco Central Europeo y el Banco de España. Simplemente, quedémonos con el hecho de que el reglamento se adapta a la normativa europea según la cual todas las crisis bancarias se arreglan con dinero, capitalizando la entidad. El problema es quién pone el dinero. En resumen: que un buen banco es aquel que tiene mucho capital, tópico imperante y estupidez supina, que olvida que un buen banco, bien gestionado, es aquel que tiene poca morosidad.
Desarrollo de las entidades de inversión colectiva. Vulgo, fondos. El ministro de Economía insiste: el 95% de la financiación de las pymes en España es bancaria. Deberían financiarse más con fondos. El problema es que a los fondos no les interesan nada las pymes. Tampoco les interesan las grandes empresas como tales empresas: no buscan el dividendo, buscan la plusvalía. Buscan, en suma, especular.
Pero insisto, estamos en la etapa final de legislatura, ya está vendido todo el pescado. Lo único que queda por vender es la pestilente raspa del aborto, con el que Rajoy, todo un cobarde, no se ha atrevido.
Lista Falciani. Equilibro dialéctico de la amiga Soraya. Por supuesto no responde a lo que va a hacer el gobierno español. Por ejemplo, demandar al HSBC, principal culpable de todo este entramado sucio (Esto sí que es un caso de corrupción grave). No, lo que hace Soraya, ya en campaña electoral, es decir que Zapatero no hizo nada con esta lista mientras que ellos hicieron una regularización fiscal para todo tipo de defraudadores. ¿Y qué? ¿Acaso fue un éxito? ¿A que no?
Es el estilo de la vicepresidenta: el PP lo ha hecho mal pero como lo he hecho mejor que el PSOE entonces lo he hecho bien.
Llegamos a Grecia. El premier griego Tsipras tiene la misma mala leche que su colega Pablo Iglesias. Es verdad que España ha estado dura con Grecia, alineándose con Alemania. Pero el ministro Guindos aporta razones. "Nos deben 26.000 millones de euros. Ojo, no es deuda bancaria. Cuando se dice que muchos países se niegan a un acuerdo con Grecia porque están defendiendo a sus bancos, ese no es el caso de España".
Y más "Grecia nos debe 26.000 millones de euros. Es decir, lo que nos gastamos en un año en España en subsidio de desempleo". Se le olvidó decir… y va a menos.
Por cierto, Guindos vuelve a alinear a España con Alemania como los dos países con mayor crecimiento de la eurozona. De acuerdo, pero con una diferencia: Alemania tiene un paro mínimo y España máximo. Ergo, algo ocurre.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com