Consejo de Ministros del viernes 30 de agosto de 2019. La titular de educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá concurre con el ministro de Investigación y Universidades, el astronauta Pedro Duque, quien continúa en órbita, explicándonos lo mucho que han hecho durante “esos años” (luego corrigió) y para contarnos el plan de subvenciones a la investigación… que tampoco es como para tirar cohetes, oiga: 432 millones de euros en subvenciones para investigación científica y 190 en créditos bonificados.
A su lado, Isabel Celaá, con esa sencillez que le caracteriza, totalmente exenta de pedantería, se congratula por la presencia de “los dos ministros que ostentamos la educación y el conocimiento en este país”. ¡Ole!
PSOE+Podemos tampoco suman mayoría absoluta: 123+42=165. Sánchez necesita a los separatistas
La verdad es que José Luis Ábalos ya se había adelantado a sus dos colegas y planteado lo siguiente:
En primer lugar, el PSOE presentará un programa de 300 medidas. ¿Por qué no 600? Entre ellas, medias sobre vivienda, esa vivienda que la derechona vendió a los fondos-buitre. ¡Temblad propietarios! Si el PSOE quiere atraer a Podemos con política de vivienda, habrá más medidas contra la vivienda en propiedad, nada de vivienda de promoción pública y fomento del alquiler, que es eso que nadie quiere y que cuando lo quiere no lo encuentra.
Se trata de medidas de un “gobierno progresista”, solidario y de mente abierta. Los mismos calificativos que luego repetiría Celaá: se lo tienen bien aprendido. Y saben, tener la mente abierta es como tener la boca abierta: un signo de estupidez.
Eso sí, Ábalos ofrece una política de vivienda a la media de Podemos: ¡Temblad propietarios!
En segundo lugar, no habrá gobierno de coalición. Ni Pablo Iglesias ni ningún podemita puede entrar en Moncloa. Eso ya lo aceptó en su día Pablo Iglesias, pero pensaba colocar a su pareja, Irene Montero.
Y, por último, esto no tiene nada que ver con la realidad. La realidad es la que ya hemos reiterado en Hispanidad. Sánchez no quiere nada con Podemos pero debe seguir llamándole ‘socio preferente’. Lo que quiere el PSOE es que Ciudadanos cediera, o el PP, y alejarse de los ‘perroflautas’ con los que no está bien visto ir a Europa. Un líder occidental que se precie no va con la coleta.
Pero Albert Rivera ya no se conforma con ser vicepresidente: quiere ser presidente dentro de cuatro años. Y en Ciudadanos empieza a cundir el fatalismo de un Rivera que, por querer llegar a Moncloa, puede quedarse en Vallecas. Él y todo el partido con él.
Mientras, en Ciudadanos surge el fatalismo porque Rivera, irreductible, quiere La Moncloa
Así que o elecciones o resucita el Frente Popular. Porque ojo, aunque pacte con Podemos, no basta. Cuenten: 123+42 dan 165, faltan once para la mayoría absoluta. Por tanto, hay que recurrir a los nacionalistas: los descastados y los señoritos. Sea ERC, PNV, los proetarras de Bildu o quien sea, pero el caso, es que la tercera parte de todo frentepopulismo (socialistas, comunistas y nacionalistas) tiene que estar ahí.
El Frente Popular vuelve a estar sobre la mesa. Pero si puede evitarlo, Sánchez lo evitará. De hecho, Iván Redondo ya le ha convencido de que es mejor ir a elecciones.