Isabel Celaá con la falta de puntualidad que le caracteriza, sale a torear en la plaza de La Moncloa, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes 29. Le acompaña el titular de Fomento, José Luis Ábalos, que viene cargado con noticias del Taxi y los VTC (Uber y Cabify, principalmente).
La ministra portavoz llega con ganas de mitin: “Una vez más la oposición está demostrando que no sabe asumir la pérdida del poder. El PP, en connivencia con la nueva derecha (Cs), está realizando una campaña de acoso al Gobierno incomparable en democracia. No nos permiten avanzar en la aprobación de una nueva senda de déficit”. Acusa a la mesa del Congreso de parcialidad… Así “priva a la sociedad española de 6.300 millones de euros”.
Pues sí, Doña Isabel: el PP le está haciendo ahora lo mismo que ustedes le hicieron al PP. Exagerar su caso de corrupción, sus cuitas judiciales o cualquier demostración de pésimo estilo para arramblar con su Gobierno. Lo mismo, ni más ni menos. Eso sí, con una peligrosa elevación del nivel de cainismo que puede acabará en cualquier lugar, ninguno bueno. Estamos en plena espiral del cainismo: Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Pero no te morirás de hambre en verano, como ahora veremos.
Pero, oído en Moncloa: las víctimas caen bien. Vamos, que aquí no dimite nadie: ni Duque ni Delgado
Pero el mitin celaaliano continúa. Ojo al dato: “Venimos a limpiar, estamos limpiando y seguiremos limpiando”. El último gerundio no deben entenderlo mal: se refiere a la honradez en la vida pública. Y para concluir: “somos el Gobierno más transparente de la historia… Una minoría boicotea a la mayoría parlamentaria… Sin nosotros no hubiera sido posible alimentar a 60.000 niños este verano (de lo que se deduce que en España se morían 60.000 infantes todos los veranos hasta la llegada de Pedro Sánchez).
Y a todo esto, ¿qué ha hecho el Consejo de Ministros, además de roerse el hígado con la declaración de la renta de Duque y la exhibición de vulgaridad de Delgado? Pues ha lanzado un decreto que obligará a todos los altos cargos a contarnos su patrimonio. Hasta que no sepamos cómo se concreta no hay manera de valorar su alcance.
Y si no llega a ser por el Gobierno Sánchez, 60.000 niños españoles se hubieran muerto de hambre este verano. ¡Ozú!
Por su parte, Ábalos nos explica el decreto sobre taxis y VTC. Para centrarnos, el conflicto se vive en Madrid, Barcelona, Málaga y algunas otras ciudades, pero en menor medida. El problema es que Madrid y Barcelona ya rozan el 1 por 1.
La medida gusta más a los taxistas que a las VTC. Entre otras cosas porque su modelo de negocio siempre es el mismo: primero empieza cobrando poco y luego, cuando ya tiene clientes cautivos, pega el subidón. Bueno, eso y no pagar el Impuesto de Sociedad en España y hacerlo en el semiparaíso fiscal de Holanda. En cualquier caso, si Uber y Cabify aguantan los 4 años…
Asegura el ministro que en Hacienda ya preparan un susto para los jetas de Uber. Pero no se emocionen: se aplicará a las plataformas el mismo tratamiento fiscal que a las tecnológicas. Y como todavía no sabemos cuál es…
Pero, naturalmente lo mollar es Pepe Villarejo. Enseguida se plantean dos preguntas bien distintas por parte de dos periodistas sentados el uno al lado del otro. Uno cuestiona por qué Sánchez exigía el cese de Ignacio González por una conversación con Villarejo mientras defiende a su Dolores Delgado por una conversación con Villarejo. El otro, de un diario muy progre, aseguraba que no puede ser que un policía corrupto margue la agenda política del país. Lo cual es falso, porque sí que es posible.
La economía va bien. Y si va mal no es desde el 1 de junio
Celaá, en acertada imitación de la señorita Rottenmeier, asegura que no va a hablar sobre Dolores Delgado, al tiempo que lanza loas a Pedro Duque. Mala cosa, dado que lo de Duque es delito y lo de Delgado pecado; y a un gobierno progresista no le importa el pecado, sino el delito. Esta portavoza…
Los datos macroeconómicos, solo los conocidos el viernes 28 asustarían a cualquier Gobierno sensato, pero no a este: según Isabel Celaá, no tiene nada que ver con lo ocurrido desde el 1 de junio. En un alarde de experta en economía, nos explica que las curvas suban y bajen por semanas pero que el estado de la economía española sigue siendo “robusto”. Y el que quiera aprender, que vaya a Salamanca.
Pero eso no importa, lo que importa es que estamos en el reino de la posverdad y las “fake news”. Para entendernos, noticia falsa es aquella que perjudica al Gobierno. La posverdad es toda aquella información que contradice las tesis del Gobierno: “quod erat demonstrandum”.