• Rajoy le reprocha a Soraya dos contubernios: el mantenido con editores y el mantenido con empresarios.
  • Porque, a la postre él siempre quedaba mal y ella bien.
  • Por el contrario, Rajoy valora la lealtad de Cospedal en los momentos más duros.
  • Ni Soraya ni Cospedal se distinguen por su coherencia. Esta no es una historia de buenas y malas: aquí las dos son malas.
  • Las políticas activas no crean empleo: lo que crea empleo es bajar los impuestos laborales.
  • El Gobierno Rajoy sí tiene dinero para donar 1.200 millones de euros a fondos del Banco Mundial, es decir, del Nuevo Orden Mundial (NOM).
Consejo de Ministros del viernes 13 de noviembre. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (en la imagen junto a Fátima Báñez), comparece menos risueña que de costumbre. Es lógico, anda 'cabizbunda y meditabaja' porque la fortuna ha dejado de seguir sus pasos y ahora le resulta esquiva. Pongámonos tan sólo dos semanas atrás. Gracias al invaluable apoyo de Artur Mas, un personaje con una gran capacidad para crear amigos, Mariano Rajoy ha recobrado su habitual semblante risueño -es un decir- y el PP, que ya prepara su salida del trono cree poder repetir en Moncloa. Pueden pasar muchas cosas claro, pero Artur es un recolector de votos espléndido para el PP, sin duda el mejor. Incluso ha permitido a Rajoy "asumir el liderazgo" contra el secesionismo, sin que nadie se eche a reír al ver a Rajoy como líder. Rajoy sigue siendo el mismo al que definió un amigo con una pregunta directa. "Oye, Mariano, y cuando seas presidente del Gobierno, ¿quién mandará en España?". Hasta ahí todo bien. Soraya se las prometía muy felices. Pero de pronto, las luces se apagaron. Rajoy, de nuevo, sólo que esta vez al final de legislatura y en precampaña, prescinde de Soraya y le hace ver, muy a las claras, que su favorita es Dolores de Cospedal, su gran enemiga, a la secretaria general del PP. Para entendernos, a Soraya Sáez de Santamaría no se le ha dejado meter cuchara, ni un poquito, en la confección de las listas electorales, para las que ha habido verdaderos navajazos. De hecho, el programa electoral no parece preocuparle a nadie, pero las listas… Rajoy reprocha a Soraya dos cosas… que ya le ha venido reprochando durante toda la legislatura, sólo que ahora ya estamos en vísperas electorales: contubernios con los editores y contubernio con los empresarios. Se acusa en Moncloa al Consejo Empresarial para la competitividad (CEC), que están convencidos financia a Ciudadanos, el azote del PP. Y los marianistas están convencidos, también de que -pensad en Portugal, muchachos- la vicepresidenta estaría dispuesta a escuchar a un Rajoy sin mayoría absoluta, prisionero de Ciudadanos, y a un Rivera exigiendo la cabeza de Rajoy y entronizando a Soraya como presidenta de un Gobierno para la regeneración democrática, ¡oh sí! A Soraya se le acusa de participar en un segundo contubernio: el de los editores, especialmente con Prisa y con el Duopolio televisivo Tele 5-Cuatro y A3 TV-La Sexta. Rajoy ha llegado a la obsesión con La Sexta y está harto de que el grupo televisivo de la familia Lara se dedique a no tocar a la vice y abofetearle a él. Pregunten en La Sexta. Por el contrario, a Cospedal se le considera en Moncloa, sector marianista, una señora que ha sabido estar a las duras y a las maduras y que ya es hora de elevarla. ¿En el Gobierno? No se sabe, aunque Artur Mas siga recolectando votos para el PP, es posible que haya que pactar hasta demasiado. Total: Soraya baja, Cospedal sube. Lo que la manchega no había logrado en cuatro años de legislatura lo consigue en la recta final. Por cierto, no se fijen en las dos oponentes: se llevan fatal, sí, pero ninguna se distingue por su coherencia: ni Soraya ni Cospedal. Esta no es una historia de buenas y malas. Aquí las dos son malas. Si el PP gana se preparan cambios en Moncloa; entre otras cosas porque el equipo económico está entre que se va (Guindos) o lo echan (Montoro). Se me olvidaba el pequeño detalle del Consejo de Ministros. Soraya nos explica que Luis de Guindos, ausente, ha presentado un informe sobre la economía española y que, no se lo van a creer, somos el país de La Unión que más crece, sólo superados por Eslovaquia. Nada menos que un 0,8% en tasa intertrimestral, en casi el triple que la media de la UE (0,3% durante el tercer trimestre). Soraya suelta otra pavada. Según ella, la inflación en negativo ayuda a salarios y pensionistas. Lo de esta chica no es la economía. A continuación, sesión de ayudas públicas en periodo electoral, cómo no. Y por cierto, la parte del león no son la ayuda a los españoles sino las ayudas a fondos internacionales ligados al venenoso Banco Mundial, es decir, al Nuevo Orden mundial (NOM): 1.200 millones de euros de nuestro dinero, durante dos años, para tontunas tales como el Fondo Verde del Clima. Esto va de informes. La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, nos recuerda que contamos con 1,8 millones de parados de larga duración (un año sin encontrar empleo) y 1,1 de muy larga duración (dos años sin encontrar empleo). Eso sí, nos asegura que contamos con 1,4 millones de parados menos desde el máximo de desempleo. Máximo que marcó el Partido Popular, dicho sea de paso. Y que ya se han recuperado más de 1 millón de los 3 millones de empleos perdidos con la crisis. Todo ello para vendernos los fondos de políticas activas de empleo. Pero estas políticas no crean empleo, lo que crearía puestos de trabajo es la bajada de los impuestos laborales… como se ha demostrado con la tarifa plana de la propia ministra Báñez. A preguntas de los periodistas, Soraya interviene para recordar a Manuela Carmena que debiera haber avisado con tiempo a otras instituciones, por ejemplo al Gobierno. Cierto pero los que van a sufrir las barbaridades de la abuelita Manuela no es el Gobierno, son los madrileños. Se queda corta. En este momento, los madrileños habrían aceptado una petición para colgar por los pinreles a Carmena en la Puerta del Sol. Ración de Cataluña: hoy no le sale bien a Soraya. Cataluña sí funciona, no así su presidente. No es mucho. Pero se mantiene firme en el otro punto. Eulogio López eulogio@hispanidad.com