- Si alguien desea ahora mismo una victoria ajustada, no holgada, del PP, esa es la vicepresidenta del Ejecutivo.
- Pero no es fácil. La matemática electoral tiene muchas vueltas… y Rivera también.
- La vicepresidenta desaira, sin necesidad, al dimitido Gustavo de Arístegui.
- A Doña Limpia le encanta hacer leña del árbol caído.
- Y laminará a cualquiera que se interponga en su camino hacia la Presidencia.
- Cuando se sepa toda la información sobre sobresueldos en el PP, a lo mejor Doña Limpia nos pega un susto.
- El último Consejo de Ministros de la Legislatura se dedicó a subvenciones en investigación y desarrollo. O sea...
Consejo de Ministros del viernes 18 de diciembre de 2015: esto, el último de la legislatura. La vicepresidenta,
Soraya Sáenz de Santamaría (
en la imagen), aprovecha esta tribuna, que constituye su trampolín político, por última vez, en un intento de lograr su gran sueño:
convertirse en la primera mujer presidenta del Gobierno en España. Mataría por ello.
Su sueño,
adelantado por Hispanidad y luego plagiado por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, es muy simple: que el PP sea la lista más votada pero que necesite de
Ciudadanos para gobernar. Entonces es cuando
Albert Rivera -para regenerar el país y esas cosas- exigiría la cabeza de
Mariano Rajoy y aceptaría a Soraya Sáenz de Santamaría como presidenta… a la que tener atada y bien atada durante toda la legislatura, naturalmente.
Pero no lo duden,
Soraya está dispuesta a ser aherrojada con tal de ser admirada… como inquilina de la Moncloa. Como dirían los ingleses: los políticos siempre están dispuestos a subir por el palo ensebado.
Así que si alguien desea ahora mismo una victoria ajustada, muy ajustada, del PP, es la vicepresidenta del Gobierno del PP, ambiciosa
Soraya Sáenz de Santamaría.
Lo malo es que la matemática electoral tiene muchas vueltas… y
Albert Rivera también.
En cualquier caso, tal es el sueño de una mujer que no duda en laminar a quien se interponga en su camino. Un detalle del último Consejo de la legislatura: un periodista le pregunta si el Consejo de Ministros ha cesado a
Gustavo de Arístegui, embajador de España en la India. La respuesta es en un tono estruendoso y estentóreo (y casi 'ostentóreo') y doña Soraya se lanza en plancha:
-Sí, ha sido cesado, ladró.
Cese innecesario, sobre todo de reseña pública, dado que el embajador de España en la India ya había presentado su dimisión, sin dejar de defender su inocencia. Lo hizo tras una
tensa reunión con el director de Gabinete de Presidencia, Jorge Moragas, otro gorila ideológico de Mariano Rajoy, el hombre tranquilo y pausado.
Si ya había dimitido, ¿por qué hacer leña del árbol caído? Porque a Doña Limpia le encanta marcar diferencias con los 'corruptos'. Lo cierto es que el día en que se conozcan todos los datos sobre los sobresueldos en B del
Partido Popular, a lo mejor Doña Limpia nos pega un susto.
Por cierto, se me olvidaba, el Consejo de Ministros se dedicó a
subvenciones para la Investigación y Desarrollo, que no es exactamente lo mismo que investigación y desarrollo.
Entre los altos cargos, todos de campaña, sólo figuraba la secretaria de Estado de I D,
Carmen Vela, que no va de campaña con el PP porque no es del PP, sino del Zapaterismo. Vela es la señora que el PP retuvo en su organigrama,
y elevó a secretaria de Estado, para que pudiera seguir financiando con dinero de todos la utilización de
embriones humanos como cobayas de laboratorio, algo que aprendió siendo asesora de
Bibiana Aído, del PP de toda la vida.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com