Consejo de Ministros del 14 de julio. Salen a escena la inevitable portavoz, María Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya conocido entre sus compañeros de Gabinete como el “Alegre”.

Primer asunto: el Rey Juan Carlos I. De este anciano depende el futuro de España. Y de la democracia naturalmente. Pura iconoclasta suicida, porque partidos políticos y prensa parecen olvidar que el Juan Carlos I es eI icono del sistema democrático. Y conste que su reinado merece una crítica severa. Un detalle, no se mojó, como hizo el Rey Balduino de Bélgica, cuando llegó a Epaña la abominación del aborto. Ni una palabra en contra. Pero la campaña de ahora mismo ya presenta tintes de sainete trágico.

Y el Gobierno apoya la acometida de Podemos por la III República, que es el principal objetivo de Pablo Iglesias y que parece haber convencido a Pedro Sánchez. Hoy se ha oído en la sala de prensa de Moncloa que el Gobierno debe presionar a Felipe VI para que marque, aún más distancias con su padre. Vamos que si don Felipe asesinara a su padre, a lo mejor el Gobierno Sánchez lo consideraría un parricidio democrático.    

En el entretanto, Cataluña enloquece: todos confinados y Torrent pinchado. Y el Gobierno aplaude los decretos de la Generalitat, que aprovecha para soltar a los presos

Toda esta campaña forma parte de la tesis de Iván Redondo: Iglesias le es muy útil a Sánchez. Distrae la atención sobre el desastre de la gestión gubernamental. Y Marisú , que no traga a Pablo Iglesias, asegura que PSOE y Podemos están más unidas que nunca “tras batallar contra el virus”.

En el entretanto, Cataluña enloquece: todos confinados y Torrent, el presidente del Parlamento, pinchado.

Y el Gobierno aplaude los decretos de la Generalitat y desprestigia aún más a la autoridaid judicial, mientra Torra aún tiene tiempo -trabaja mucho, este chico- para otorgar el tercer grado a los presos del proces.

El sainete trágico termina en Berlín, con un Pedro Sánchez pedigüeño, suplicando a Merkel que le ayude a convencer al impresentable holandés Mark Rutte. El monclovita arrastra el ridículo de España por Europa.

Un detalle, en su habitual explosión solidaria Sánchez, ante una canciller alemana que le miraba con expresión teutona, del tipo “de dónde ha salido este marciano”- Sánchez lloraba por una mayor solidaridad europea hacia el exterior… ¡con África!. Hombre, siendo el mundo hispano el que España creó, y siendo Hispanoamérica la región más afectada ahora mismo por el virus, a lo mejor podía haber dirigido sus ansias solidarias hacia allí, pero no.

Mientras, Sánchez suplica a Merkel y arrastra el ridículo de España por Europa

Eso sí, el Consejo de Ministros ha promulgado la trasposición de la Directiva Comunitaria sobre empresas cotizadas. Si se aplica, será una gran norma. Sobre todo porque pondrá orden en los grandes depredadores financieros del momento: los fondos. Pero es de difícil aplicación. Mucho me temo que los inversores colectivos se cachondeen del texto.