Consejo de ministros del martes 9 de febrero. María Jesús Montero es una mujer convencida de que la mejor mentira es aquella que se ubica más próxima a la verdad. Y así es, la mentira que cuela es aquella que se aproxima más a la verdad, conviene aproximarse lo más posible a la verdad, a ser posible en paralelo. Y todo esto viene a cuento de la despenalización de los delitos de opinión, una idea tan genial, que PP y PSOE se pegan por abanderarla.
Se trata de enmendarle la plana a los jueces, que han condenado a Pablo Hasel, rapero por enaltecimiento del terrorismo, insultos al Rey, etc. En resumen que nadie entrará en la cárcel por enaltecer a los asesinos o por blasfemar. Insultar a Dios o al Rey es digno de aplauso pero, atención, como se te ocurra, no insultar, sino simplemente discrepar de la ideología de genero, de los tópicos feministas o del homosexualismmo políticamente correcto, te pueden caer hasta cuatro años de cárcel.
Además, el gobierno se ha quedado sin margen por exceso de gasto y la deuda disparada
Los delitos de odio (510 del Código Penal) están hechos para perseguir cualquier discrepancia contra los principios de la ideología de género. Eso es muy grave. Pero la apología del terrorismo es libertad de expresión.
Más cosas del Consejo: ayudas directas a empresas y autónomos. Más de 62.000 millones de euros a hostelería, asegura María Jesús Montero, pero 40.000 para ertes, desgravaciones fiscales, etc. Es decir, no son ayudas directas, que es más propio de las CCAA y de ayuntamientos, según Montero. Ergo, no son ayudas. En los ertes, el empresario debe pagar el 30% de las nóminas en ocasiones sin ingresos y le reducen o aplazan los impuestos… a quien no está ingresando ni un euro.
Nuevo decreto-propaganda sobre el aceite de oliva, en lugar de fijar un precio mínimo para el productor
Pero ojo, hay trampa. Cuando Calviño, que no Montero, habla de ayudas directas, se está refiriendo a ayudas para compensar los gastos sin rendimiento de tantos mini-empresarios a quienes se ha exigido invertir en obras de ‘protocolo sanitario’ para luego cerrarles el local a la fuerza.
En cualquier caso, el gobierno se ha quedado sin margen por el exceso de gasto y la deuda disparada. España no ha aprovechado la deuda para reindustrializar sino para subvencionar. Nos hemos apalancado sin crear riqueza.
Más: nuevo decreto-propaganda sobre el aceite de oliva, en lugar de fijar un precio mínimo para el productor. ¿Lo prohíbe Europa? Más que la letra lo prohíbe el espíritu de los tratados europeos. Pero es la única forma de que el agricultor de un producto esencial no se arruine. Y luego, aumentar las magras ayudas al sector olivarero para exportar.