Sesión del Consejo de ministros del martes 19. El Gobierno declara zona catastrófica a ocho regiones tras el paso del vendaval Filomena. La verdad es que algunas de ellas ni lo habían pedido pero así, además, se consigue no focalizar el asunto en la pérfida Madrid… que fue la más afectada.
No es un dinero que se da sino, mayormente, un dinero que no se deja de ingresar. La declaración de catástrofe significa que el pago de algunos impuestos queda minorado o anulado.
Empezamos con las mentiras: María Jesús Montero, portavoz, nos explica lo bien que se están administrando las vacunas. Pero, al mismo tiempo, seguimos con el catálogo de prohibiciones a una sociedad española aborregada por miedo al virus, dispuesta a aceptarlo todo, hasta las órdenes más absurdas y a cualquier precio.
El ministro Alberto Garzón (sí, existe, es ministro de Consumo) nos presenta un decreto para consumidores vulnerables. Reconozco que voy a tener que leerme la norma completa a ver si entiendo algo, porque el pobre Garzón es un ministro que se aburre muchísimo y promulga normas que nadie sabe en qué consisten, tampoco una vez colocadas en el BOE. Eso sí, conocemos el objetivo: es una norma, no para un consumidor cualquiera, sino para un consumidor “vulnerable”. Ya está todo dicho.
También se nos vende como un éxito la prolongación de los ertes hasta el 31 de mayo. Los empresarios han dicho que sí, que quieren que se prolongue el hecho de que el Estado -o sea, todos nosotros- les siga pagando el 70% de los salarios hasta el 31 de mayo. CCOO y UGT no lo han firmado aún, porque exigen que se cumpla la cláusula de que después de esta ayuda, los empresarios no podrán despedir al menos durante seis meses más.
A ver si nos entendemos: los ertes se inventaron para que -un poner- un comercio que ha tenido que cerrar por la pandemia, es decir, que no obtiene un euro de ingresos, no despida a su empleados a cambio de reducir los salarios en un 70%. Pero ojo, sigue siendo un gasto a cambio de cero ingresos ¿Y que ocurre si cuando sales del erte tu negocio se ha hundido y sigues sin obtener ingresos y ya te has comido tus ahorros en un 30%? ¿Cómo vas a conservar los empleos a la fuerza si quieres echar el cierre?
A ver si nos entendemos, en economía es peligroso forzar la realidad. Una economía no puede vivir permanentemente anestesiada porque, cuando la despiertes, no revivirá el enfermo y, encima, tendrás que hacer frente a un pavoroso déficit público.