Desde la convocatoria de elecciones generales para el 28-A empezó la cuenta atrás de la legislatura, pero el Gobierno ha insistido en que seguirá trabajando hasta el final. Quiere derogar algunos aspectos de la reforma laboral vía real decreto ley, dando lugar a lo que algunos han llamado contrarreforma laboral. Eso sí, tampoco corre para hacerlo porque ha suspendido la reunión con los agentes sociales, prevista para este martes, por “motivos de agenda”… como si le sobrara tiempo.
Los sindicatos UGT y CCOO han rebajado su tono. José María Álvarez, sigue siendo “optimista”, aunque ve “difícil” que se logren acuerdos con los partidos, y al final, no cumplirá su amenaza -romper el diálogo y hacer movilizaciones-si el Gobierno no se pronunciaba antes de este martes sobre la reforma de las pensiones. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha renunciado a aprobarla antes de las elecciones tras el fracaso del Pacto de Toledo. Mientras, Unai Sordo ha escrito en su Twitter: “La suspensión de la reunión de diálogo social de hoy responde a cuestiones menores. Seguimos hablando para intentar corregir la #ReformaLaboral en lo que queda de legislatura. #EsElMomento #HechosYa”. Un tono que no se parece al del pasado lunes, cuando denunció que el Gobierno no estaba hablando con Unidos Podemos para cambiar la reforma laboral.
El Gobierno debe buscar la convalidación de los decretos leyes en la Diputación Permanente, donde sus colegas de la moción suman 33 miembros, frente a los 32 de PP, Cs y UPN
Por su parte, la patronal tiene una postura muy distinta a la de los sindicatos: la CEOE es partidaria de no legislar a contrarreloj. Su presidente, Antonio Garamendi, ha señalado, en una entrevista en Diario Sur, que “el decreto ley es una fórmula extraordinaria para abordar cuestiones urgentes” y si este lo era, se pregunta “¿por qué no lo han hecho antes?”, considerando que estamos ante uno con “fines electorales”.
Como saben, el próximo 5 de marzo se disolverán las Cámaras, por tanto, habrá que buscar la convalidación de los decretos leyes a través de la Diputación Permanente del Congreso. Esta solo da luz verde a medidas de urgente necesidad y el Gobierno necesitará el apoyo de los partidos que respaldaron a Pedro Sánchez en la moción de censura, los cuales tienen 33 miembros de los 65 que forman la Diputación Permanente, frente a los 32 de PP, Cs y UPN.
Algo que no es fácil, dado el contexto electoral, pero ERC, PDeCAT, EH Bildu y Unidos Podemos le han dado razones para la esperanza
Ganarse dicho apoyo no será fácil y más en contexto electoral, aunque todo dependerá del contenido de esos reales decretos. Y el Gobierno tiene razones para no perder la esperanza porque ERC, PDeCAT y EH Bildu han abierto la puerta a respaldar el del subsidio de paro para mayores de 52 años y el de ampliación del permiso de paternidad. Además, Unidos Podemos le ha pedido, a cambio de apoyar el decreto con cambios en el mercado de trabajo, que cumpla lo pactado en materia de ultraactividad, registro de jornada y la primacía del convenio de sector.
La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha afirmado que este viernes no irán al Consejo de Ministros los cambios de los aspectos más lesivos de la reforma laboral, aunque habrá “algunas cuestiones laborales” en el real decreto que se aprobará en materia de igualdad. Como saben, los aspectos más lesivos que quieren cambiar son:
- recuperar la ultraactividad de los convenios (o sea, si uno vence y no hay acuerdo para renovarlo, siga vigente)
- la primacía del convenio sectorial frente al de empresa
- implantación de un registro de la jornada laboral
- modificación del artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores, sobre todo, la regulación de las subcontratas para mejorar sus condiciones laborales
Estas medidas son del agrado de los sindicatos, pero no de la CEOE. Garamendi considera que “en general, si el Gobierno opta por hacer la contrarreforma laboral va a hacer daño al empleo”. Respecto a la prevalencia de los convenios, cree que cada empresa debe tener un margen de flexibilidad “porque su situación puede no ser la misma que la de su sector” y sobre la ultraactividad, insiste en que han defendido que sea una materia de negociación colectiva. Además, no está a favor de que en todas las subcontrataciones se obligue a aplicar el convenio de la empresa principal, porque “se va a generar un parón importante” y hacer una norma rígida de control de horarios le parece “un gran error”.