EEUU y Europa están aprovechando la crisis del coronavirus para defenderse de China, pues el primero no duda en acusarla de ser el origen del virus y el viejo continente sospecha que el gigante asiático podría sacar tajada y quiere evitar que compre empresas europeas. Pero en ambos lados del Atlántico también se ayuda a las compañías… algo que podría no tener tanto de generosidad o de apoyo en tiempos difíciles, sino que podría acabar en nacionalizaciones.

El Gobierno de Donald Trump ha ofrecido unos 22.700 millones de euros a las principales aerolíneas del país, encaminados a preservar el empleo. “El programa de miles de trabajadores estadounidenses. “El programa apoyará a los trabajadores estadounidenses y ayudará a preservar la importancia estratégica de la industria de las aerolíneas, al tiempo que permitirá una compensación adecuada a los contribuyentes”, ha señalado el secretario del Tesoro de EEUU, Steven T. Mnuchin. Las beneficiadas (entre ellas, están American Airlines, Delta Airlines, Alaska Airlines, Allegiant Air, Frontier Airlines, Hawaiian Airlines, JetBlue Airways, United Airlines, SkyWest Airlines y Southwest Airlines) deberán reembolsar un 30% del dinero que reciban y mantener el 90% del empleo. Al mismo tiempo, el Gobierno deberá recibir a cambio unas “garantías”, es decir, productos financieros que pueden ser convertidos en acciones.

En los próximos días, Francia concretará una oferta de apoyo financiero a la aerolínea franco-holandesa Air France-KLM, que podría alcanzar los 6.000 millones

En Francia, el Ejecutivo de Emmanuel Macron ha aprobado un paquete de estímulos de 110.000 millones, dentro del que hay una partida de 20.000 millones para las grandes empresas. Además, en los próximos días, concretará una oferta de apoyo financiero a la aerolínea franco-holandesa Air France-KLM (de la que Francia y Países Bajos controlan un 14%, cada uno), que podría alcanzar los 6.000 millones, según avanzó el ministro de Transportes galo, Jean Baptiste Djebbari.

En Portugal, se ha abierto la vía a nacionalizar la aerolínea TAP Air, de la que el Estado es el primer accionista (posee el 50%), porque es una empresa “fundamental”, en palabras del primer ministro luso, António Costa. Y es que no quiere correr el riesgo de perderla, pues emplea a 14.000 personas, ni que tampoco pase con otras empresas estratégicas.

Por su parte, en España, las aerolíneas han pedido al Gobierno avales del 90% ante las trabas que están sufriendo para lograr los créditos que facilita a través del ICO, como recoge El Economista. Y es que los bancos no acceden a concederle los préstamos ante el alto riesgo, la falta de garantías y las elevadas cantidades que necesitan para hacer frente a la crisis del coronavirus. Además, la petición no es disparatada, pues en Alemania, se están dando avales del 100%, mientras en nuestro país son del 70%.